Es una mala época

Somos una especie en peligro de extinción. El otro día me di cuenta de ello, los pocos que quedamos. En un mundo aplastado por las pesadas botas de billetes de las grandes empresas, que han creado (de nuevo) la maquinaria de la rotación del mundo, aplastado por la falta de criterio, las modas, lo fácil. Aplastado por la indiferencia, el hastío, el humo.

Sentimos el mundo. Lo percibimos realmente, aunque éste no nos perciba a nosotros. Nos movemos, casi ignorados,gracias a nuestras máscaras. Porque el mundo, y cada día estoy más convencido, no nos merece. Por eso nos ocultamos. Y en la seguridad de lo oculto nos mostramos ante los que detectamos como iguales a nosotros. Con ellos compartimos lo que nos importa, molesta... los demás les llaman amigos. En algun casos, les llaman pareja. Pero yo creo que los lazos que en ocasiones creamos van más allá de términos, de conceptos. Trascienden a todo eso. Lo imagino como dos fluidos juntándose. Dos torrentes confluyendo, llenos de anécdotas, emociones, sentimientos... miedos. Y ante los fantasmas nos volvemos disfrazar, viviendo sus vidas vacías. Llenándolas de lo que nos hace diferentes.

Es una mala época para los románticos.