Friday, January 05, 2007

Natural

He aquí la música para que podaís entrar en el mágico mundo que os muestro aquí.


Vivía rezagado en la ciudad, ya es hora de salir, de sentir ese instinto vital que tanto se empeñan algunos en ocultar. Somos animales, somos seres biológicos nacidos en la más salvaje naturaleza.

Desperté mis instintos, y fui a la montaña, me sentí salvaje con tanta naturaleza rodeándome, verdes praderas, campos extensos, tranquilidad, un ave sobrevuela mi cabeza, instintivamente miro al cielo, descubro un mar de nubes admirando ese paisaje junto a mi.

Me tiro sobre ese mullido campo verde, siento la frescura de la hierba, sintiéndome un elemento más del paisaje, descanso mas no duermo...¡atento! un ruido, un rápido reflejo me despierta de ese mundo imaginario en ese cielo de nubes, me observa atento, aquel animal se ha mostrado ante mi, parece manso y lo es, un cruce de miradas, tanto terreno para nosotros dos.

Poco a poco se suceden los efectos que me hacen reaccionar, una fina gota de agua me hace volver a mirar hacía ese cielo, ahora tempestivo, que empieza a mojarme la piel, vuelvo a sentir esa sensación que me pone los pelos de punta. Va a llover, vuelvo a la tienda, el animal ya se resguardó.

Van pasando las horas, la lluvia empapa el campo, esa lluvia, ese paisaje tan entrañable me hace ver la belleza del valle, inmenso ante mis ojos. Gota tras gota cae, millones de esos pequeños seres chocan contra la hierba, cruzando un fugaz beso para luego perderse por la tierra, cada vez más empapada. Mis ojos, no puedo separar la mirada, ¿qué me espera si dejase de mirar?...una tienda fría, humana, solitaria.

Mi tacto se queja, porqué solo admirar ese bosque que se empapa a mi derecha y oír ya las gotas chapoteando en un pequeño charco que se ha formado si puedo sentirlo, empiezo a tocar el agua, agua pura, sencilla... no es suficiente. Levántome de la tienda, comienzo a andar, me empapo completamente, y poco que me importa, que sensación tan indescriptible, soy natural, vuelvo a ser ese animal tan pequeño y adorable como los otros.

Grito, más no... mi voz queda ahogada en un susurro para no molestar a los demás, se que son muchos más los que admiran, todos animales, todos juntos. Sentirme uno más es lo mejor que me puede pasar, y no lo cambiaría por nada en este mundo, créeme.

La lluvia se apiada de mi cuerpo, completamente empapado, y amaina, es hora de seguir su camino de despertar a otros animales a contemplar una naturaleza húmeda. Vuelvo a la tienda, me seco y cambio para poder seguir disfrutando sin un resfriado a mis espaldas. Serán ya las ocho, el sol se debate entre las pocas nubes que quedan y esas montañas tan altas, pronto será de noche.

El frío húmedo de la lluvia ha llegado hasta los huesos, necesito algo de calor, apremio para aprovechar los últimos rayos de luz y recoger algunas ramas que se salvaron de aquella maravillosa lluvia en aquel bosque tan frondoso y que no se que más podrá descubrirme. Llego, junto unas piedras y con uno de los pocos inventos útiles usados con cabeza que nos sirven allí enciendo una pequeña fogata con mucho cuidado, no quiero dañar nada, todo debe quedar como estaba.

Poco a poco voy entrando en calor, era necesario, me voy sintiendo poco a poco mejor, la noche ya se echa encima y el viento empieza a susurrar a esa tímida luna que aparece creciente por entre las montañas. Me sonríe desde tan lejos dándome las gracias por mirarla y demostrarla que me importa ya que al menos me da luz, en ese recóndito paraíso de la tierra.

Poca tienda quiero pues saco la esterilla y el saco , pretendo dormir al raso, arropado por el fuego que me observa palpitante, hipnotizandome con el crepitar de las ramas, no tardará en apagarse pero se preocupará por mostrar sus últimas llamas a mis ojos antes de que duermas.Mañana será otro día. mañana hay que investigar.

No comments: