Tuesday, May 29, 2007

Son sólo... palabras

¿Alguna vez se ha parado alguien a pensar qué tiene de real lo que nos rodea? Que nadie se alarme, no hablo de Matrix ni nada parecido. El otro día, en una de mis típicas reflexiones del callejón de las violaciones, se me ocurrió pensar en cuánto de lo que me rodeaba era real.

Me acordé de Nietzsche, de su muerte de Dios y del superhombre, y me di cuenta de que... hemos matado a Dios y nos hemos convertido en el superhombre porque los hombres son Dios, de por sí. Y me explico.

Vivimos en un mundo en el que cogemos el Metro, que circula bajo tierra, en el que percibimos una realidad tridimensional, ejes x, y, y z, asumimos que dos electrones se repelen por tener carga de igual signo... pero, ¿cuánto de todo eso es real?

Primero habría que entender qué es real.

1. adj. Que tiene existencia verdadera y efectiva.

Las demás acepciones no nos interesan (monarquía, moneda...). Esta definición la da la Real Academia Española de la Lengua, que, me imagino, es el máximo órgano consultivo en lo que a temas de lenguaje se refiere. Y por fin hemos llegado al quid de la cuestión. El lenguaje.

Supongamos que podemos traducir esa definición del DRAE de real como "Que tiene existencia objetiva". Entonces habría que buscar la definición de objetividad. Puesto que dicha definición es "Cualidad de objetivo." (un tipo de definición muy querido por la RAE, definir algo como "hecho de ser ..." o "cualidad de ...", de ese estilo, siempre beneficiando la claridad cuando uno busca un término que desconoce), voy a pasar directamente a la definición de "objetivo".

1. adj. Perteneciente o relativo al objeto en sí mismo, con independencia de la propia manera de pensar o de sentir. <-- ésta es muy interesante, pero

2. adj. Desinteresado, desapasionado.

3. adj. {Fil.} Que existe realmente, fuera del sujeto que lo conoce. <-- ésta es la que realmente nos interesa.

En cierto modo, tanto la definición "no filosófica" como la "filosófica" están bastante relacionadas. Si algo existe realmente, es porque es independiente de como el sujeto lo perciba, es decir, existe fuera de él.

¿Es el mundo así? Yo creo que no. Y no hablo de afirmaciones (o negaciones) tales como "la vida es injusta". No. Hablo de algo realmente tan básico como "¿Por qué <> se llama <> en lugar de <>?". En definitiva, vivimos en un mundo que no es objetivo. Y por tanto, no es real, porque, según la definición filosófica de objetivo, no existe fuera del sujeto que lo percibe.

El problema son los conceptos, los términos, las PALABRAS. Centímetros de tela con los que somos capaces de hilar, si estamos inspirados, tapices dignos de la Real Fábrica, colores con los que somos capaces de pintar cuadros literarios que conmueven al más frío de los mortales. El problema de la realidad reside en ellas. No es una responsabilidad que querría tener, desde luego.

Con las ciencias ocurre igual. No me voy a quejar de las letras con las que se han designado los ejes, ni por qué la gravedad se llama gravedad. De todas las ciencias, sólo hay una que es pura ficción. La matemática. La biología surge de la observación del comportamiento de los organismos que consideramos vivos (no por ello con capacidad de movimiento). La física surge de la observación de los fenómenos que, podríamos decir, afecta a todo lo que nos rodea (tanto organismos vivos como cuerpos inertes). La química surge de la observación del comportamiento de los cuerpos inertes...

¿De qué surge la matemática? ¿De la observación de qué?

...

...

...

Exacto.

No hay nada que explique la existencia de la matemática, salvo quizá la idea de que los seres humanos necesitan complicarse. Los matemáticos dirían que su ciencia sirve para definir los comportamientos estudiados en las demás ciencias (experimentales, no del pensamiento). En cualquier caso, no hay nada "del mundo que nos rodea" que justifique la existencia misma de la matemática. Por tanto, ¿es la matemática objetiva? Yo diría que no, porque no existe fuera de la propia ciencia. No hay nada que la sostenga fuera del estudio de la misma ciencia.

¿Qué quiero decir con esto?

Que los hombres hemos creado el mundo tal y como es ahora. Somos los dioses del mundo. Somos superhombres. Pero nada de lo que nos rodea es real, porque los términos desaparecen cuando un perro (por ejemplo) observa al mundo. No es un mundo objetivo, por lo tanto no es real.

Pero, ¿si no es real, por qué vemos cosas en nuestra vida diaria? Árboles, pájaros, edificios, coches, señales de tráfico, mesas... Porque el mundo es irreal, inexistente, absurdo, en cuestión de términos. Pero es materialmente real. Es decir, los objetos, las cosas, lo que definimos mediante términos, es objetivamente real, puesto que cualquiera que lo mire lo va a ver (Salvo, quizá, Matt Murdock y alguno de la ONCE).

Cuando suena música por la radio, todos podemos oírla (salvo, quizá, Beethoven, aparte de por lo evidente), percibimos olores, que nos gustarán más o menos, pero los percibimos, los olemos. Excepto deficiencias funcionales, podemos decir que sabemos que hay algo ahí fuera, fuera de nuestro cuerpo, que es objetivamente real porque es independiente del sujeto que lo percibe (por inducción, no vamos a coger a los más de seis mil millones que somos y ponerlos a mirar un edificio).

Por tanto, el mundo es irreal, porque nos referimos a él mediante conceptos (y que nadie me venga ahora con que son meros asociativos), y esos conceptos no son objetivos, y como se ha visto muchas veces, eso les hace irreales. ¡Dios mío! Vivimos en un mundo semi-real.

Menos mal que son solo...

Palabras.

Monday, May 28, 2007

Sweet Moments

Mi mente está aturdida... la felicidad reside ahora en mi, se disipa la niebla y ahora aprecio cosas que antes no podía ver, ahora se que puedo ser de nuevo feliz, ahora se que puedo de nuevo amar. Porqué a veces en lo oculto también encontramos la dulzura y el amor de una persona... Es así como trás decenas de textos y framentos trágicos escritos en folios, libretas... ahora solo puedo sonreir y cosas buenas escribir. Veia como algo tan lejano tener esta sensación de nuevo... pensaba q ya no la encontraría, pero nuevamente encontre un ángel en mi camino, las heridas de mi corazón cicatrizan por minutos y se que eres tu quién de verás me amará... a quien yo amaré y de quién jamas me querré separar. Quizá por fin encontre lo que merecía, aunq no va a ser fácil, tendré q pagar un duro precio para poder tenerte en mis brazos, pero nada es comparable a ti y haré cuanto sea necesario para que esto sea real y no quede en un simple sueño... para q jamas desaparezcas de mi mente.

Tiempo atrás vería esta situación como un sueño... un sueño del que nunca querría despertar, pero por irreal que parezca se q esto no es mentira... y se q solo es q lo q estoy sintiendo es tan maravilloso que hace que sobrepase los límites de la realidad. Es cierto que tengo miedo y imagenes terribles pasan por mi mente, xq esto va a ser difícil... pero estar inmerso en el placer de tan dulce sustancia como tu me das será la llave para abrir tu corazón, mientras se calma mi dolor podré seguir luchando y observar como vivimos tan dulces momentos. Ahora todo toma sentido de nuevo... antes caminaba con los ojos cerrados recordando otro rostro que cada vez se alejaba más de mi y ahora agradezco enormemente haberlos abierto porque pude maravillarme con tu inmensa belleza acompañada de tan dulce corazón que te hace inigualable... Decir que eres un tesoro es quedarme corto... mis sentimientos afloran, y ya no son los mares de lágrimas que derrame en el pasado, ahora son mil sonrisas con las que un mundo distinto puedo ver, xq ahora todo parece distinto, todo parece más bello y con más posibilidades de cambiar... se que mi mundo puede cambiar, q lo malo en parte desaparecerá. Solo espero que nunca sueltes mi mano por distantes que esten.

Las personas buscamos contantemente un sentido a esta cruel vida... y cada persona lo encuentra a su manera, yo no se cuál es el sentido de la vida, pero si tengo claro que cada persona es un mundo y no hay un sentido escrito para todos, para mi el sentido de la vida reside en cada persona de manera distinta... y hay quién le saca provecho y quién lo desecha, hace un tiempo yo quisé desechar mi vida cansado de no encontrarle sentido y por más bien que hacía solo lo malo volvía contra mi. Pero no pense que algo tan maravilloso me pudiera ocurrir y ahora veo tu sonrisa y se que quiero vivir... luchar igualmente por las personas, pero ahora con el corazón lleno... mil emociones recorriendo mi cuerpo, para poder escribirlo nuevamente aquí. Y esq eres el engranaje que le faltaba a esta maquinaria que cada día se deterioraba, ahora quiero q nunca te alejes de mi y q junto a mi puedas ser feliz. Xq cuando tu corazón no esta vació siempre sabrás vivir mejor la vida y tener esperanza que transmitir a los demás y ahora eres tú a quien más quiero ayudar, dar esperanza y amar.

Quisiera darte las gracias por quererme, por cuidarme y por todo lo que estás haciendo... quisiera amarte y tenerte ya junto a mi, quisiera abrazarte y darte todo cuanto mereces. Hoy describo aquí mi realidad, aunq lo parezca no lo escribi solo para ti, sino para todos, xq a veces perdemos la fe hasta en nosotros mismos, xq yo se lo q es mirarse al espejo y odiarse, y solo espero q nuevamente este texto os recuerde que por lejanos que parezcan los sueños a veces unicamente se encuentran a la vuelta de la esquina... ¿Y que es la vida sino el mayor de los sueños?... ya que es así disfrutadlo y no hagais vosotros mismos q se convierta en una pesadilla.


Ahora eres mi sueño y adoro estos dulces momentos, tanto como te adoro a ti... Si la distancia nos separá, velaré x la llama de nuestro amor, y nunca se apagará aunq llueva en mi corazón.

Te quiero...

Saturday, May 26, 2007

Miradas

Acabo de llegar a mi casa y aún no termino de salir de mi asombro. He visto el amor personificado, una pareja en el metro que daban la sensación que estaban hechos el uno para el otro, tal como se apoyaban el uno sobre el otro, como hablaban susurrándose al oído, todo no se, ha sido muy místico y curiosamente a mi mp3 le entró el momento romántico poniéndome cuatro canciones seguidas de amores y desamores.

No se cómo,pero la cantidad de amor que desprendían era increíble, hacia años que no veía una pareja tan feliz entre ellos, no podía recordar que existía algo hasta que lo he visto.

Al chico le he reconocido en cuanto le he visto, el a mi no, le suelo ver a veces montar en el 714 cuando va hacia la autónoma, y seguro que algunos de vosotros que montéis en el mismo autobús le habréis visto alguna vez pues se le reconoce fácilmente, lleva a su perrito siempre con él para que le guie.

Y eso es lo que mas me ha entristecido,que esa preciosa y maravillosa pareja, no puede decirse lo mucho que se ama con miradas, pues los dos solo ven oscuridad, y sin embargo tan felices, si es que cuanto menos tienes más feliz eres.

No era el único que se ha sentido fascinado por ver semejante escena pues una chica cuando nos hemos subido todos al tren ha sacado su cámara de fotos y ha intentado inmortalizar ese momento en un instante (al final fueron dos).

Da gusto ver que aún existen esas parejas que desprenden amor y que creen en él pese a todo lo que puede pasar hoy en día y es que visto lo visto, hay más ciego de corazón que de vista.

Y desde aquí les deseo lo mejor, y espero que no sea la última pareja tan feliz que vuelva a ver este año.

Vota

Queridos y amados seres, parece que estamos en abstinencia últimamente sin poner casi entradas, y espero que nos lo perdonéis, pero se avecinan muchos cambios que dentro de no mucho se verán, además de contar con ese gran regalo de Dios, que son los exámenes de Junio. Por lo tanto disponemos de poco tiempo para escribir en nuestro pequeño mundo.

Sin embargo creo que esto se merece aunque sea una pequeña entrada. Y es que mañana domingo en España se celebran elecciones y toca votar a nuestros representantes (por llamarlos de alguna forma) y al menos usar uno de los pocos poderes que nos da la sociedad actual. Da igual que no creas en el sistema actual, Simplemente votar te puede hacer ver que aún vales algo (ínfimo) en esta sociedad.

No importa si no crees en ningún partido, si piensas que todos te van a defraudar igualmente, que el sistema democrático esta muerto y es una simple y pésima lucha entre dos partidos, siempre puedes votar en blanco, al menos ejerces tu voto y demuestras a las encuestas lo que cada vez se ve más, que la clase política de nuestro país y de cada localidad cada vez da menos esperanzas.

Pero bueno, si al menos consigo que una persona más vote, me alegraré, vote a quien vote, simplemente vota y utiliza uno de los derechos que tenemos.

Tuesday, May 15, 2007

14/05/2007

Por fin llegó el ansiado día. La verdad es que lo llevaba esperando desde que mi amigo me lo comentó.

Hay cosas que llenan otras que te defraudan, pero realmente es que esto me ha desbordado.

Cerca de tres semanas pensando en el evento, con todos los comentarios de gente sobre el grupo del concierto y cuando los ves en directo, te llevas otra impresión a la esperada, pues todo el mundo –ahh esque Marea en concierto son muy malos- pero la verdad es todo lo contrario porque lo que nos ocurrió, al menos desde mi punto de vista y por todos los factores que lo rodearon, fue algo mágico.

Ante todas las criticas que oí antes del concierto van dirigidas estas palabras ya que lo que pienso es que si no disfrutaron del concierto, es porque no supieron rodear el evento de cosas que merecieran la pena. Ahí os dejo mi pequeño relato de lo ocurrido en ese día 14 de Mayo de 2007.

Me desperté con la agradable voz de mi madre diciéndome que me levanté ya porque se va al trabajo. -Otro día mas igual –pensé para mis adentros. Me di la vuelta en la cama y lo primero que vino mi mente es la imagen de cierto papelito que tenía colgado en el corcho de mi habitación. Realmente no se si era un sueño o esque estaba recordando algo. En ese momento mi mente estaba igual de adormecida que mi cuerpo, el cual era bastante reacio a abandonar la calidez de las sábanas. De repente recordé la conversación que tuve con mi amigo Sersinser el día anterior, mi mente realmente debió creer que era parte del sueño en el que esta introducido ese pequeño trozo de papel que tanto me atormentaba esa mañana. En la conversación con mi amigo se que quedábamos a una hora y poco después empezábamos a hablar de las ganas que teníamos de ver cierto concierto...

En ese segundo es cuando me di cuenta de que lo que estaba haciendo mi mente inconscientemente no era meterme en un pequeño sueño relacionado con lo ocurrido el día anterior, no, sino que únicamente lo que estaba haciendo era recordarme que hoy era el día que durante tanto tiempo he deseado que llegara, el día del concierto de Marea.

Me levanté cogí la entrada del corcho donde llevaba puesta cerca de tres semanas, probablemente donde acabará finalmente tras el concierto, y sin demora la metí en el abono para que no se me olvidara ya que si eso pasaba me podría pegar un tiro.

Desayuné, me vestí, ví un rato la tele, y por fin llegó la hora a la que había quedado con Sersinser para ir a donde habíamos quedado con N4po hablar de un nuevo proyecto que tenemos entre manos.

Total que cogí las llaves, la cartera con la pasta y la tan valiosa entrada, y el móvil; con lo que ya estaba listo para poder ir con Sersinser ya que íbamos ha hablar del proyecto, comer, y luego irnos al ansiado lugar en el que horas después nos dejaríamos la garganta gritando como verduleros las canciones del aclamado grupo.

Al llegar a la boca del metro en el que habíamos quedado nos saludamos, le enseño unos bocetos que tenía para parte del proyecto y sin mas dilación nos metemos en la boca del metro para ir a Plaza Castilla sin poder dejar de hablar de todo lo que veíamos a nuestro alrededor y comentando que tipos de artículos podríamos escribir a raíz de ello.

Cuando llegamos a Plaza Castilla subimos al intercambiador y lo primero que vemos es a dos municipales preguntando cosas a la gente, con lo cual ya tuvimos conversación para rato, debido sobre todo a que nuestro querido amigo N4po tardó lo suyo en llegar –Sersinser me dijo que solía llegar pronto o incluso antes de la hora, pero el caso es que llegó tarde XD...-

Ya reunidos los tres empezamos a pensar en ese proyecto del que pronto sabréis mas, y por el simple hecho de que en la calle hacía un viento de tres pares de narices, nos fuimos al primer sitio que se nos ocurrió para poder deliberar sobre nuestros pequeñas ambiciones.

El sitio fue el rodilla, en el cual estuvimos prácticamente desde que llegamos – mas o menos en torno a las doce –hasta después de comer– en torno a las cuatro, cuatro y cuarto.

Durante esa mañana de reunión, de la cual aprovechamos realmente como mucho hora y media, estuvimos hablando de muchas cosas, de las cuales probablemente muchas acaben de entradas en el blog, y por su puesto no faltó la típica conversación completamente de freakys en relación con las series tanto manga como no.

Tras esta fructífera reunión de miembros de Ser Oculto, Sersinser y yo nos dirigimos hacia Lago mientras que N4po se separó de nosotros. Al llegar a Lago, tras un extasiante recorrido de metro en la línea diez pasando por nada mas y nada menos que diez estaciones, salimos al andén del metro y allí vimos que todos los que se bajaban o llevaban pintas parecidas a las nuestras o bien llevaban algún distintivo de Marea en alguna parte de su cuerpo, entiéndase camisetas, sudaderas, etc...

Cuando subimos las escaleras hacia la zona de las taquillas, una chica que no conocíamos de nada nos abordó preguntándonos que si sabíamos donde podía comprar litros de cerveza para el concierto.

Ante esto Sersinser y yo nos miramos y le contestamos lo que en realidad pensábamos que por haber bebida iba a haberla pero el precio ya no se lo podíamos garantizar. Cuando dejamos a la pobre chica, salimos de la estación del metro y con gran pesar nos paramos a esperar sentados en un banco de los que se podía encontrar en la parte de enfrente de la salida de la estación. Nos dedicamos a observar a la poca gente que se podía ver en ese momento, pues realmente quedaban un poco mas de tres horas para que empezara el concierto. Todos llevaban que si un par de litros, bolsas llenas de cartones de vino, etc, por lo que al ver a la pobre chica que nos había preguntado antes que seguía dando vueltas le pregunte a mi compañero si le hacían unos litros porque eran las cinco menos cuarto y habíamos quedado con la gente a las seis y media. Sersinser me dijo que vale y cogimos el tren en dirección contraria a la que habíamos cogido antes, volviéndonos hasta tribunal para pillar dos ansiados litros; pues no sabíamos donde pillar y asociamos por lógica

Plaza del 2 de mayo ----- Chinos

sin caer que en Príncipe Pío teníamos un bonito Opencor.

El caso es que llegamos a tribunal bajamos por una de las calles que llevan a la Plaza y ahí es donde empezamos nuestra odisea por los litros pedidos, ya que llegamos al primer chino, con la esperanza de decir que por fin podríamos volver a Lago, y la señora que estaba tras el mostrador sin siquiera moverse, ante nuestra pregunta, nos dice que no tiene. Nos quedamos estupefactos.

Volví a hacerle la pregunta y ya se digno a mirarnos, nos contestó lo mismo con peores modos que antes y por tanto mosqueados abandonamos su local en busca de un chino en el que nos trataran bien cuando lo único que tu habías hecho era pedir unos litros encima de buenas maneras.

Fuimos a otra tienda y nos dijeron lo mismo pero esta vez de mejores formas, con lo cual nos dimos cuenta que en los alrededores de la plaza no encontraríamos lo que buscábamos por todo lo ocurrido el 2 de mayo, y por esa razón nos acabamos desviando hasta la calle San Bernardo hasta un bonito súper en el que conseguimos los deseados litros.

Una vez devuelta en Lago empezamos a seguir a la gente que tenía bebida para ver donde se ponían a beber y nosotros hacer lo propio en un lugar apartado para no cantearnos en demasía.

Cuando íbamos andando nos hicimos un lío y al final mandamos a hacer puñetas a los que íbamos siguiendo, volvimos a la estación y nos pusimos en un parque ahí cerca a bebernos los litros con tranquilidad esperando a que fueran las seis y media para, al menos por mi parte, conocer a la gente con la que iba a entrar en el concierto.

Finalmente llegó ese gran momento –las seis y media- y nos dirigimos, con cierto grado de alcohol en sangre, a la estación para poder reunirnos con la gente. La primera que apareció fue Cris, que se puso a hablar con nosotros mientras esperábamos a que llegara Alex con la bebida –en este momento fue cuando yo me llevé las manos a la cabeza porque íbamos a beber mas y realmente a mi el litro y medio de cerveza me había mareado un poquito-

Luego llego una tropa de gente que realmente me acobardó un poco porque no los conocía, pero pronto me di cuenta que no era necesaria ya que me cayeron estupendamente en cuanto me puse a hablar con ellos.

Lo mejor de ese momento fue que, prácticamente al mismo tiempo que los amigos de Cris llegaron dos municipales a la escena del crimen en donde lo único que se veía era gente reuniéndose con bolsas de lo que evidentemente era bebida.

Los tíos to chulos empezaron a pasearse y a decir a la gente que se fuera a beber a los parques y que no lo hicieran enfrente de la estación.

Cuando llegó Alex nos fuimos a donde habíamos estado bebiendo Sersinser y yo, y empezamos a beber (otra vez...), con lo que a las ocho, con aún mas nivel de alcohol en sangre, nos dirigimos hacia la entrada de la sala de conciertos.

Durante el camino fui hablando con unos y con otros y realmente lo que tengo que decir es que me caísteis muy bien.

Al llegar a la entrada nos quedamos flipando porque había una cola enorme con lo que nos dimos cuenta que no entrábamos ni de coña para ver los teloneros.

Realmente nos dimos con un canto en los dientes, porque a eso de las nueve y media, cuando ya nos aposentamos en la zona izquierda del escenario, acababan de empezar los teloneros, con lo que teníamos para un buen rato.

La verdad es que para ser teloneros eran muy buenos. Lo único que vi que rayaba un poco es que tu vas al concierto esperando encontrarte con un rock estilo Marea, y te encuentras con un grupo así que tenía un rollito heavy que estaba muy bien. Después tras el concierto de La Renga (teloneros), tras tirar baquetas y púas y demás al publico de las primeras filas, se corrió un velo y se empezaron a preparar para tocar.

Empezaron tocando mucho de su último disco, entremezclados con otras canciones de sus discos anteriores, sobre todo con el de 28.000 puñaladas.

Como siempre nosotros no éramos los unicos que habíamos bebido y Kutxi pasó el mando al Piñas que tocó unas cuantas canciones como la de “a la mierda la primavera”.

Lo mejor fue el final. Empezaron a tocar canciones mas antiguas, mientras el público se dejaba la voz gritando las canciones que iban tocando. El concierto había llegado a su punto álgido a eso de las doce y media. La gente estaba entusiasmada, ya que no paraban de gritar, pegar empujones y armar barullo al ritmo de sus canciones.

El público ya estaba que no podía mas de la emoción, cuando Kutxi anunció a voz en grito que la siguiente canción la tocaría en compañía de un personaje muy importante.

Cuando gritó el nombre de Fernando de Reincidentes todo a mi alrededor pareció reventar con gritos de todas clases y tonalidades. Llegué a asustarme realmente del griterío que ahogó los ruidos de los altavoces, yo no sabía como podía gritar así la gente, pero, para mayor sorpresa del que les cuenta esto, de repente fui consciente de que mi brazo estaba en alto y de mis pulmones surgía un grito que unido al de todas las personas que había en la sala hacían que ese grito de miles de voces acallara el ruido de los altavoces. Nunca podré olvidar la canción de Viento de Poniente cantada con la colaboración de Fernando, nunca.

A todo esto, se despidieron, hicieron lo típico de repartir baquetazos –pues el público de las primeras filas se comía unos palazos impresionantes- y púas, y ante los gritos de la gente volvieron a salir a cantar. Al rato ya cuando sale solo Kutxi empieza a hacer de las suyas –rayarse hablando- y después acto seguido ante los gritos de “perro verde, perro verde” empiezan a tocarla destrozando los oídos de todos los presentes.

El momento mas alto del acto fue cuando sin esperarlo todos aquellos que estábamos viéndoles vimos como se juntaban los de La Renga y los de Marea para tocar la canción de “marea” partiendo toda esperanza de que eran malos en directo.

Cuando terminaron se despidieron esta vez definitivamente volvieron a repartir baquetas y púas y como final se despidieron. A mi lo que mas me llamó la atención fue que Kutxi al final, tiró el sombrero que había llevado durante todo el concierto, cosa que, al menos que yo sepa, nunca había hecho.

Del concierto sobretodo hay que destacar las excelentes actuaciones que tuvieron todos los miembros del grupo, pero en especial las que mas me impresionaron fueron las del Piñas y el Kolibrí que se salieron completamente.

Tras el concierto cuando todo el mundo se iba nos dejamos llevar por la masa con lo que acabamos yendo por un pasillo del auditorio que estaba completamente a oscuras, con lo que no fuimos los últimos en darnos cuenta que nos habíamos metido por donde no era. Volvimos sobre nuestros pasos y cuando estábamos en las salida me dio por colocar mis cosas –cartera, llaves , móvil, etc...- en sus bolsillos de siempre, con la mala suerte de darme cuenta que lo que me faltaba era el móvil.

Volví a buscarlo y no estaba así que me tuve que fastidiar, porque lo perdí.

Después, ya fuera de la sala, de camino al metro pudimos ver que todo el mundo estaba destrozado, ya que tanto salto, empujón y griterío no había pasado en balde a nadie.

Ya en el metro, haciendo cálculos para no quedarnos tirados en Plaza de Castilla, Sersinser y yo, aprovechamos los últimos momentos junto a nuestros colegas de concierto para comentar cosas y despedirnos. No tuvimos problemas con el metro en Plaza Castilla, así que llegamos a casa bien, con lo que habíamos pasado una noche que no había provocado ningún problema, excepto con cierto móvil que había desaparecido...

Saturday, May 12, 2007

El folleto de captación

¿Qué es lo que todo el mundo busca? ¿Qué es lo que la gente espera de los demás pese a no tener nada que ofrecer? ¿Qué sentimientos hacen que todo se vuelvan patas arriba?
Supongo que preguntas como estas nos las encontramos en los labios de otras gentes a diario, pero sin poder evitar formularnos nosotros otras similares a raíz de lo escuchado.
Con esto quiero hablar de un tema muy especial y realmente curioso que me ocurrió hace una o dos semanas. Es sencillo, poneros en mi lugar, durante un momento, en mi piel.
Sois un chico de unos 19 años, que ve que se acerca el verano y dice - uff necesito pasta para pasarlo bien y tal- y lo que se le ocurre es ir a visitar la oficina de recursos humanos del Corte Inglés para ver si le van a coger para sacarse unas pelas en las vacaciones para un viaje en septiembre o cosas similares.
Hasta aquí todo normal, ¿no? bueno pues imaginaros que cuando ya has entregado la solicitud, después de que la secretaria -realmente maja ella- te haya confirmado que probablemente te cojan porque necesitan gente, sales a la calle y te paras a mirar todo a tu alrededor como si fuera algo nuevo, ya que debido a que por fin has hecho algo de provecho te sientes especialmente bien.
También hay que reconocer que yo soy muy mio y aveces hago cosas un poco raras, como en este momento, y es que lo que hice fue que en medio de la acera con un montón de gente pasando por mi lado, tanta que casi no hace falta andar porque te llevan con ella, me paré para hacer algo que a lo mejor os llama un poquito la atención, pero que le voy a hacer son cosas que hago y no puedo evitar hacerlo porque estas acciones forman parte de lo que soy.
Me paré y lo único que hice fue mirar al cielo, con la evidente cara de alelao que se me quedó al mirar las nubes que se podían ver en el cielo, mientras la gente maldecía al chocarse con un tío que precisamente no es pequeñito.
En mi empane estaba yo cuando de repente veo acercarse a dos señoras entre la multitud, yo las miré con la misma cara que estaba mirando a al resto del mundo, evaluando pero sin hacerlo, simplemente mirando la fauna de la ciudad para tener un esquema mental. De repente estas buenas mujeres se me acercan me miran de arriba abajo y sin poder evitarlo las miro de mi pequeña y especial manera de mirar, es decir, como si no me importara evidentemente lo que hicieran, cosa que era exactamente lo que estaba pasando, pues yo estaba pasando de todo el mundo igual que de esas adorables abuelitas que me miraban con tanto interés.
De manera evidentemente exagerada las empecé a mirar como me miraban ellas con lo que ellas debieron de pensar que las había aceptado o algo así, con lo que se me acercaron y me empezaron a hablar.
-Hola- me dijo una de ellas mientras esquivaba a la marea de gente que se le acercaba y que parecía que se la iba a llevar como si fuera una barquita en un mar encabritado - que te hemos visto aquí solo como reflexionando y te queríamos enseñar una cosilla que hemos hecho para que nos dieras tu punto de vista ya que pareces un chico bastante reflexivo y aceptante.
Yo la miré. Miré a su compañera, evidentemente mas mayor que la que me había hablado, y me quedé pensando que narices quería decir la pobre señora con eso de aceptante.
El caso es que me sonó un poquito mal lo que me habían dicho. Cierto es que lo que me dijeron no tenían nada de raro, pero me mosqueó y realmente no se por qué.
-Sí, la verdad es que estaba pensando- contesté sin poder evitar ser amable con la pobre mujer que sin saber porque me había mosqueado tanto y que me miraba esperando una contestación.
- Eso esta bien y normalmente la gente de tu edad no lo suele hacer como lo haces tu ¿verdad que si Teresa?- le preguntó a su compañera la señora mientras yo me preguntaba que habría querido decir con lo de que la gente de mi edad no lo hacía como yo.
- Si usted lo dice señora- le contesté y empecé a andar para dejar atrás a las señoras que cada vez y sin sentido me daban mayor mala espina.
- Espera, chico - al oir lo de "chico" no pude evitar el hecho de pararme por que sencillamente que me dijera eso me molestó - quería preguntarte si te gusta leer.
Me giré me puse a mirara a la cara a la pobre señora que me empezaba a hablar como si nos conocieramos de toda la vida.
- Sí me gusta leer ¿por qué? - pregunté haciendo un esfuerzo sobrehumano por ser amable ya que cada segundo que pasaban y sin saber porque me mosqueaba aún mas
- Esque tenemos aquí un folleto por si te interesa para que lo leas. Tiene que ver con una pregunta que últimamente se está haciendo mucha gente y que como te hemos visto tan pensativo ahí parado hemos creído que lo mismo te interesaba - dijo la mujer extendiendo la mano con un folleto que yo cogí para mirarlo.
Al mirar el folleto me dí cuenta que todo lo que había estado pensando de que las mujeres me mosqueaban me di cuenta que era un error, pues el folleto tenía una pregunta en letras grandes sobre un fondo azul en el que destacaba una cabeza de maniquí también en azul. La pregunta me llamó la atención y por ello me tomé mas en serio lo que me iban a decir.
"¿A dónde vamos a llegar?" esta era la fatídica pregunta que se podía leer en el folleto.
Tras examinar el "maravilloso" folleto miro a la señora que con una sonrisa me empieza a explicar el sentido del mismo.
- ¿A dónde vamos a llegar? Esta pregunta nos la hacemos todos y en este pequeño folleto la explicamos desde el punto de vista de san "nosequien"- no entendí que san dijo- y de la Biblia...
Cuando oí el sustantivo "Biblia" de los labios de la señora yo sentí como un clic en mi cerebro y vi como todo lo que había sentido antes de que eran imaginaciones mías que me mosquearan por algo que me iban a decir calló por tierra.
La mujer, después de que yo oyera la palabra Biblia, había seguido hablando mientras mi mente se reorganizaba. Yo lo estaba flipando por el discursito que me estaba dando la señora, que ya me trataba como un compañero eclesiástico, mientras de vez en cuando miraba a la adorable y anciana Teresa para que confirmara algo de lo que estaba diciendo y que yo evidentemente no estaba escuchando.
Cuando mi cerebro se recuperó del sock en el que había entrado al darse cuenta de los metodos de captacion que estaban usando actualmente la santa madre iglesia, levanté una mano para hacer hacer callar a la señora que me estaba empezando a asustar por sus desvariaciones rollo secta en las que se había metido en su discurso, y le corté con una frase que realmente me salió del alma.
- Amiga no se esfuerce, que soy ateo- dije con cara de evidente incredulidad ante las desvariaciones , si desvariaciones pues no puedo decirlo de otra manera, que estaba escuchando de boca de la pobre señora.
La señora me miró con cara de incomprensión, miró a la pobre Teresa que estaba apoyada en su bastón, esta le hizo un gesto y para mi fascinación me saltó con tal tontería que lo que le contesté realmente me salió de dentro esta vez casi instantáneamente después de escuchar la sandez que me dijo la pobre mujer radical.
-Entonces - dijo con una cara de asco de lo mas lograda - no entiendo porque llevas la cruz de nuestro adorado señor Jesucristo colgada del cuello. ( parentesis de explicación: llevo una cruz en el pecho que es de una serie manga y que, sí, es una cruz, pero que no tiene que ver nada con la cruz de "nuestro adorado señor Jesucristo")
- Señora la cruz que llevo al cuello es un signo casi satánico - esta fue la frase que me salió del alma cuando oí la sandez de la pobre mujer.
Ante todo esto lo único que paso fue que las dos mujeres me miraron como si adorara al mismísimo diablo, me quitaron de un tirón el folleto de la mano y se fueron medio corriendo mientras yo hacia memoria de lo que había dicho y hecho y me entraba la risa tonta; al mismo tiempo que empezaba a andar hacia mi casa.


-----(Que se sepa que yo no tengo nada en contra de la religión, que simplemente este hecho que me ocurrió fue algo que no pude evitar hacer, ya que ante todo yo lo que pienso es que los extremos es lo peor a lo que se puede uno afiliar, pues rayan el tema del sectarismo.
Ante todo, por mi parte, si alguien se siente dolido u ofendido por lo que se dice en este texto, lo siento, de todo corazón, ya que lo que yo pretendo dar a conocer con él es hasta que punto de locura se puede llegar al seguir algo, pero esque es algo que yo considero que fue curioso y en cierto modo gracioso, por eso lo cuento)-----

El sentimiento que unió dos mundos

Todo a mi alrededor me parece extrañamente familiar, nada me parece extraño, pero a la vez si lo son, todo ocurre sin prisas, poco a poco y cuando me llega el turno, la verdad es que no se como actuar.
Todo lo que me rodea es sencillo y cuando se juntan , se unen y forman todo aquello que he padecido durante años y no he sabido expresar, sentimientos.
Sentimientos de respeto, gratitud, amor, amabilidad y sobre todo desesperanza; desesperanza que me llena y no se como apartar de mi mente; desesperanza que cuando aparece hace que mi corazón tenga intenciones de reventar; desesperanza que apaga toda mi luz y me deja rodeado de tinieblas, que me envuelven y ahogan hasta lo que para mi es la muerte, la oscuridad mas profunda y suma.
Realmente lo único que hace es dejarme en un lugar desolado, único lugar que yo conozco del que no se ve salida alguna, cosa que alienta la desesperanza que me abruma aun mas.
Esa es la realidad, yo, atrapado en un mundo del que creo no poder salir y del que no se como escapar. Mundo en penumbras que poco a poco va transformando mi corazón, haciéndolo mas oscuro, mas lleno de odio, frustración y sobre todo amargura.
Mi corazón fue cambiando hasta no llegar a entender el porque de mi existencia; era un espectro, fantasma, algo que no puedes llegar a ver a no ser que quiera ser visto; estaba mas cerca de la nada que cualquier cosa inexistente; algo que pese a tener presencia física no era nada en su interior.
Así era, encerrado en mi celda interior sin ninguna relación con el exterior duro y oscuro que me rodeaba, un recipiente vació que no tenia esperanzas de ser llenado, hasta que un día al estar encerrado en ese mundo una tenue luz me llegó, y entonces todo lo que yo vi en ese instante quedo grabado en mi memoria, lo suficientemente fuerte para que pudiera describirlo, arriesgarme a escribirlo, y por tanto, enseñarlo y compartirlo con el resto de la gente.
Poco a poco esa luz la empecé a ver con regularidad y por tanto una sensación extraña empecé a sentir, ya que cuando la luz era apreciada por mis ojos no solo veía una luz sino la silueta de algo mas, un cuerpo, que con su extraordinaria belleza lo que hacia era provocar que todo aquello que veía fuera inicio de algo que pasara por mi cabeza y que, por consiguiente, pasaría de inmediato a purificar mi oscura alma.
Cuanto mas veía la tenuidad de su silueta, mas cerca y con mas claridad podía apreciarla, hasta llegar al punto de llegar a olvidar durante esos minutos que podía contemplarla mi verdadera realidad y la oscuridad que la rodeaba.
Con estos sentimientos esperaba cada día nuestra cita, y con mas esperanza me encontraba en esos momentos. El oscuro corazón que yo tenia parecía no importarte así que poco a poco mis esperanzas iban en aumento, y cuando creí que no había respuesta toda tu luz me llenó.
No solo es que me llenaras sino que sin saber ni el como ni el porque de mi espalda, tras un dolor desgarrador, aparecieron dos alas como si de un ángel me tratara. Ángel, si, ángel, ya que las alas no eran nada parecido y por tanto en consonancia con mi tétrico y oscuro aspecto, sino que resaltaban contra el resto de mi cuerpo ya que eran brillantes, de un brillo desgarrador que poco a poco fue inundando mi alma para darle el valor para poder usarlas para huir de ese indigno mundo que había envenenado a mi pobre corazón.
Así con el divino regalo lo que hice fue volar inundando con la luz de mis poderosas alas todo aquel lugar por donde pasaba, y por tanto alimentando aquel deseo de conocer de aquel ser que había tenido el poder de darme la alternativa al mundo en el que vivía.
Con esto lo que conseguí fue algo realmente sencillo para mi, pero que a mucha gente le podría costar un poco mas; algo que sin ningún reparo yo podía dar pero que la gente tiene cierta reticencia a cederlo; algo que yo doy sin esperar recibirlo a cambio; ese algo era algo sencillo, algo que mucha gente cree tener, pero que poca gente alcanza, y ese es el sentimiento de sentirse amado. Amado hasta el punto de que mis alas cogieran la suficiente fuerza para ir hacia tu silueta y atravesar esas nubes que te ocultan y llegar a verte en realidad.
Tu estabas sentada en una butaca, mirando por la ventana cuando de repente un ser se acerco a la ventana, no era de tu mundo, era de aquel que llevabas años espiando, pero que realmente te interesaba ahora que habías encontrado a alguien a quien evaluar y estudiar en él.
Ese alguien estaba suspendido a escasos metros de tu ventana, mirándote, a sabiendas que tu sabias que no podía ver mas que tu silueta. Ese ser era yo, un ser que muchos catalogarían de extravagante, ya que al ser del reino de la oscuridad, nombre que dieron a mi mundo, todo mi cuerpo era oscuro, mi piel era pálida y gris; mi pelo de un tono negro con tintes grisáceos que lo hacían parecer de ese color; mis ropas desgastadas y sin apenas color; aunque lo que mas te llamó la atención no fue el hecho de que fuera como soy, sino el simple hecho de que momentos después de asomarte a la ventana, entrara en la habitación donde te encontrabas y agachado dentro de la habitación mientras tu me mirabas, recogiera y doblara mis enormes alas brillantes, que aun en el sitio de luz en el que me encontraba seguían provocando sombras.
Ante esta intrusión lo único que pensaste fue que estabas soñando, pues sabias perfectamente que los seres del reino de la oscuridad no podían salir de él. Aunque por otro lado tenias ante ti a un ser de ese mundo, pero le habías visto plegar unas alas brillantes, mas allá del fulgor típico del oro, aunque con su color, deslumbrantes, que lo único que conseguían era hacer que te extrañases al ver a un ser de tal oscuridad con algo aun mas puro que lo existente en tu lugar de luz eterna, cosa evidentemente contradictoria.
A gritos me preguntaste, pero yo lo único que podía hacer era mirarte, ya que tu misma me habías negado el don de la palabra, y en ese instante mi mente empezó a volar, a recorrer mis situaciones vividas e imaginar otras nuevas, y por tanto, todo aquello empezó a rodearme con una luz que empezó a girar a mi alrededor e hizo que dejaras de gritar e intentar comunicarte conmigo, cosa evidentemente sin sentido ya que entre nosotros había un vínculo muy superior al de las palabras.
Cuando la luz dejo de girar a mi alrededor penetro en mi y me purifico un poco mas, y cuando yo me acerque a ti, te mire a los ojos, y sin poder evitarlo comprendiste todo aquello por lo que había pasado, lo leíste en mis ojos, sentiste como mis sentimientos me habían transformado en el ser oscuro que podías observar, y como gracias a tu ingenuidad y curiosidad me habías dado las alas con las que ahora, y gracias a ti, pude hacerte comprender todo lo que en su momento sentí.
Todo ello lo hice explicado en una palabra hacia la persona que me había salvado, una palabra, “amor”, pero no amor del que se dice sin sentir, sino amor reflejado en un montón de imágenes unidas al pensamiento, imágenes que, mentalmente y sin saber como, uní a la única palabra que pude pronunciar tras nuestro acuerdo.
Tras escuchar la palabra y mirarme directamente a los ojos lo único que sentiste fue pena, pena sin limite, y digo pena, no lástima, ya que el amor era reciproco, pero no permitido, no permitido por antiguos valores morales, y por ello vi una lágrima caer por tu perfecto rostro. Lágrima que según caía iba desgarrando mi ser, mi alma, mi identidad; ya que en ese instante confirmaste lo que sentías. Sin saber el porque mi brazo se extendió hacia ti, y uno de mis dedos tocó esa pequeña gota que toda mi existencia había trastocado.
Ese momento para mi fue un nuevo punto donde comenzar, un inicio, principio. Tras el renacer, mis sentimientos llegaron a alcanzar tal fuerza que desbancaron y superaron a todos mis ideales, provocando el hecho de que aquello que mas quería y que habitaba al otro lado de esa ventana, me diera esperanza, no esperanza por mi salvación, sino esperanza para la lucha que tendría que llevar a cabo para reclamar mi sitio en ese corazón que era el único que podría recomponer mi alma, que tan fácilmente se había deshecho con el peso de esa lágrima al caer.
Con este pensamiento y la luz que le acompañó, desplegué mis alas con toda su envergadura, te mire a los ojos y sencillamente salte por la ventana al vació.
La oscuridad me volvió a envolver, y cuando mi cuerpo estuvo a punto de tocar y morir contra la fría roca, mis alas se extendieron y me elevaron hasta un pequeño risco, mire hacia tu tenue silueta que era lo máximo que podía ver de ti, ahí en el cielo oscuro de mi mundo, y lágrimas corrieron por mis mejillas como si fueran cataratas.
En ese momento un grito devastador atravesó el cielo y en el pude apreciar tus palabras, solo decían una frase, una única frase, algo que aun resuena en mi mente mientras mi oscuro cuerpo se va purificando gracias a tu luz.
Cada vez que miro tu silueta en el cielo miro mi mano, aquella con la que ose tocar tu mejilla, miro el lugar que esa gota desgarradora toco en mi piel y su claridez me ciega, también en esos segundos recuerdo tus ojos en el último segundo antes de saltar al vació. Y como no, aquella frase que el viento me trajo y que jamás podré olvidar:

-No te rindas oscuro ángel de alas brillantes-

06 - Una advertencia para Amaesh

Un sentimiento que no se explicar. Algo que por mas vueltas que le doy no consigo sacar en claro. todo mi mundo a mi alrededor parece ir correctamente, no hay problemas, hace tiempo que ya no se producen linchamientos en las plazas de la ciudad, la gente ha conseguido aceptar el nuevo orden de las cosas; pero hay algo de lo que me he dado cuenta en la ultima milésima de segundo que me hace pensar que nada de todo lo que ocurre es lo que debería estar ocurriendo, y por ello estoy mas asustado, porque yo nací después de que se instaurara el nuevo orden, de hecho, soy uno de los que en su momento llamaron los nuevos niños del nuevo orden, ya que fuimos aquellos que se educaron con los principios del mismo en primer lugar.
La verdad es que en estos momentos no se como explicar lo que pasa por mi cabeza, ya que yo personalmente apoyaba todo aquello que me habían dado a entender desde pequeño. La gente no lo comprende, sobre todo toda esa gente que, evidentemente sin salirse de lo establecido en nuestro régimen, piden mejoras, más aun de las que ya nos han dado, pero evidentemente sobre cosas que no se deberían pedir, mas que nada por el bienestar público, ya que lo único que acarrearían seria diferencias sociales que es evidente que no estamos deseosos de volver a padecer la gran mayoría.
Este tipo de pensamiento es el que me podía haber ocupado la mente hace poco mas de dos segundos, pero es evidente que sería algo imposible que los tuviera o simplemente pasaran por mi cabeza después de todo lo que me pasó por la mente en esa pequeña fracción de tiempo.
Recuerdo perfectamente y no sin recelo todo lo ocurrido en esta mañana que tanto cambio mi manera de ver las cosas. Fue como otro día cualquiera en la rutina que todos nosotros seguimos. Me levanté y lo primero que hice fue lo que hacia todos los días, es decir pasar por el baño sin olvidar la templada e incluso abrasadora ducha que todas las mañanas disfruto nada mas salir de entre las sábanas.
Cuando estaba en la ducha no pude evitar sentirme extrañado, no por nada en especial, sino por lo que todos los humanos llamamos un presentimiento, corazonada si quieres decirlo, pero el caso es que no lo tuve en cuenta y seguí sin hacer caso de todo aquello que en un segundo me había inquietado de tal manera. La realidad fue que cuando sentí el agua al caer cuando encendí la ducha al principio salía fría, cosa que hizo que me estremeciera, pero luego inmediatamente después lo que ocurrió fue que salió caliente, quizás demasiado, y el cambio del calor al frío me provocó una sensación de desorientación que nunca antes había sentido, ya que por costumbre tenía el hecho de meterme bajo el agua una vez ya encendida la ducha y el agua cayendo al fondo de la bañera.
Debería haber entendido eso como otra señal, como otro presentimiento, no se, pero desde luego ya era la segunda sensación aquel día que lo que hacía era volver a sacarme de mi rutina tan bien marcada por mi obediencia, aunque conocía gente que me llamaban maniático por el simple hecho de crearme también una rutina para estar en mi casa parecida a la establecida de puertas afuera que me había ayudado a no tener nunca problemas con las autoridades, más que nada por que me ayudaba a mantener un sencillo y fácil entrenamiento mental para aguantar la presión debida en gran parte al desgaste que provocaban los atarners en la conciencia de la gente al ser tantas veces escaneadas sus mentes al día.
Como siempre mi cabeza no dejaba de dar vueltas a las cosas de mas actualidad que se podían encontrar en los medios de divulgación de noticias mientras me daba esa ducha, cosa que me ayudaba a despejarme completamente, y que por tanto lo hacia, aunque fuera de manera inconsciente, para obligarme a usar la cabeza porque en esos momentos el despertarme completamente era una de mis prioridades absolutas debido a que necesitaba que mi mente estuviera lo suficientemente consciente para poder enfrentarme a lo que fuera que intentara sacarme de mi rutina aquel día que por otro lado ya me empezaba a dar mala espina.
De repente me dio por mirar la hora y vi que ya era el momento de salir de la ducha especialmente caliente que me acababa de dar. Retire las cortinas que rodeaban la bañera y vi que todo se había llenado de tal cantidad de vaho que no se podía distinguir nada a diez centímetros de mi cara, como si se tratara de una niebla de las mas espesas.
En realidad eso fue lo que menos me llamó la atención, ya que era bastante común, pero lo que si me llamó la atención fue esa sombra que vi que estaba a enfrente de mi flotando en medio del baño y que parecía que llevaba ahí un buen rato.
La figura evidentemente era de un hombre, pero lo mas curioso no es lo que pareciera sino que como lo que vi fue de reojo, es decir que de frente no lo vi, decidí que debía observar el lugar con mas calma y entonces fui consciente de que la luz me había jugado una muy mala pasada, ya que ahí no había nada, ni sombra ni hombre intentando matarme, nada.
Ante esta vuelta a la desorientación que poco a poco llevaba llenándome la mañana, decidí que lo mejor que podía hacer era seguir con lo que hacia todas las mañanas, así que sin pensarlo dos veces fui a mi cuarto y abrí mi deslumbrante armario, mueble que había puesto años atrás y del cual estaba realmente orgulloso. En él se podían encontrar lo que muy poca gente tenia el derecho a poseer, y eso me hacia hincharme aun mas de orgullo. Al fin y al cabo ser un oficial dentro los cuerpos de elite de los agentes de la autoridad era todo un honor, y por ello el propio Amaesh daba beneficios tales como una medallita que estaba ojeando justo en el mismo momento que pensaba todo pen anterior.
Esa medalla era un adorno que solo el propio Amaesh y sus cuatro generales tenían el derecho a ostentar, con motivos de distinción evidentemente, y por ello yo sabia que era un honor tenerlas dado que había que contar con la peculiaridad de que me había ganado la confianza de mi señor hasta el punto de llegar a conseguir el titulo que me nombraba como uno de esos cuatro generales.
Mientras me ponía el traje y colgaba de las solapas de la chaqueta las distintas medallas que había ido ganando en los años que habían pasado desde que fui un simple soldado hasta que llegué a ser general, no paraba de pensar en aquello que le dijo Amaesh, que su confianza estaba puesta en mi dado que con esta medalla escaparía a los barridos de los atarners y me proveía de un escudo impenetrable. Aun así no me gustaba estar siempre con ella, para así poder darle a entender a mi señor que no necesitó librarme de los escaneos dado que yo no tengo nada que ocultarle.
Coloco la medalla en su sitio, dado que hoy sí que iba a ponérmela, y me puse la chaqueta. Como todos los días fui a desayunar al mismo sitio de siempre, en la cocina.
Por pura costumbre al entrar lo primero que hice fue encender la televisión que tenía en dicha habitación y mientras se cargaba la imagen fue hacia el tubo de alimentos a ver que había de desayunar. Lo primero que le llamo la atención fue el simple hecho de que no estaban emitiendo el típico programa de por las mañanas que se suele ver por ver algo, sino que estaban poniendo noticias y hablaban de un incidente muy grave que se había cometido contra el sistema.
El presentador de las noticias hablaba de cómo un chico de no mas de diecinueve años usando un poder diabólico que no tenia explicación se había enfrentado a cuatro destacamentos de agentes de la autoridad de la brigada anti-renegados acabando con demasiada facilidad con ellos y sin contar el hecho de que acabó con uno de los miembros de una patrulla urbana que fueron quienes descubrieron al traidor y sucumbieron, al menos uno de ellos, a su poder diabólico al intentar aplicar estando en su derecho el decreto número veintisiete del código de Amaesh.
La verdad es que en ese momento me sentí un poco mal por el hecho de todas las familias que había destrozado ese monstruo con cuerpo de chico, pero según me estaba volviendo a introducir en los entresijos de mis pensamientos oí que el presentador empezaba a dar un avance de última hora de la situación que se sabía de ese joven llamado Tarish.
Lo único destacable que había hecho el chico y que le daba un poco de alma humana, según creí, era volver a buscar a su madre dado que sabía el final que iba a tener por haber engendrado a un hijo como él. Sí, puede que consiguiera salvarla, pero lo único que había hecho había sido dar una pista de donde iba a ir con seguridad, aunque lo mas probable es que ya estuviera muerta, o si no le faltaban pocas horas, por desgracia igualmente que todos los habitantes de su edificio que estaban relacionados con él, es lo que tiene las bombas de materia negra.
Estaba pensando esto cuando oí por simple casualidad el avance, en el cual decía que el chico loco de ira y rabia había matado a otros dos destacamentos mas de agentes, que al parecer estaban dentro del edificio inspeccionándolo. Pero eso no era lo peor, lo peor eran las imágenes que se podían observar en ese momento y que tenían grabadas de pocos minutos antes, en las cuales se veía como de repente media fachada del edificio donde tenían rodeado al chico reventaba literalmente y poco después del hueco central, lugar que parecía el epicentro del golpe, salía despedido una llama de fuego de color entre azul celeste y violeta claro que rebotaba contra los edificios haciendo cráteres ahí donde se impulsaba. Aun así se pudo observar también como otra figura salía detrás de la primera flotando en el aire y se dirigía siguiendo la dirección que había tomado la primera, aunque lo que hizo que mi trozo de tostada, que me había ido preparando mientras veía las escalofriantes imágenes, se me cayera en el café salpicándolo todo sin que yo pudiera reaccionar debido a mi estupefacción; fue el sencillo hecho de que poco después de que la segunda figura saliera del edificio por el boquete existente en su fachada, este reventara como si hubieran puesto una bomba y que literalmente se cayera a trozos. De hecho en lo que pude pensar en ese momento era que habían puesto la bomba y que les había pillado de improviso, con lo que se pudo observar en las imágenes que la segunda persona que salió después de la llamarada violácea es casi pillada por la explosión, de hecho se le veía esquivando metralla de la explosión mientras salía volando de la escena del crimen.
Ante esto que hacia veinte escasos minutos que había pasado, y que probablemente fuera ese ruido que se confundió con el del despertador y que por tanto debido a la lejanía a la que ese encontraba del edificio siniestrado no le había dado importancia; sabia que en poco tiempo le estarían llamando para que fuera a su puesto a ocuparse de la seguridad de los ciudadanos, y pensaba esto sobre todo por el hecho de que ese chico llevaba la destrucción con él a su paso.
Pensando en esto me fui rápidamente para coger las llaves del coche e irme, cuando me di cuenta de que esa mañana no había saludado a su pobre mascota que estaría en el salón esperando que le diera la comida.
Fui otra vez a la cocina y saqué de uno de los cajones inferiores cercanos al fregadero un saco de comida para perros, cogí uno de los cuencos que tenía en la terraza de la cocina lo llené y me encaminé hacia el salón.
Cuando llegué al salón ya estaba esperando lo que me hacía siempre mi querido Jaspe cada vez que me veía entrar en la habitación, es decir, tirárseme encima y lamerme toda la cara. Esta vez no pasó, y era la primera vez en mucho tiempo. Me acerqué hacia los sofás que tenía haciendo una de las esquinas, lugar donde Jaspe se solía poner habitualmente, pero le encontró en la otra esquina de la habitación como huyendo de mi, gimiendo y arrastrándose hacia la pared. El pobre perro no paraba de mirarme con temor y mientras metía el rabo entre las patas traseras gemía como un pequeño cachorro, pero yo sabía que eso era una estupidez dado que Jaspe tenía un metro del lomo al suelo, y si hubiera querido se podía haber tirado sobre mí sin que yo hubiera podido hacer nada, de hecho es lo que hacía siempre cuando me veía aparecer y varias veces había conseguido tirarme al suelo.
El colmo llegó cuando al acercarle el cuenco con la comida cerró los ojos y gimió con mas fuerza llegando a dejar escapar de su garganta lo que a mi parecer fue un aullido de terror, y yo con mayor estupor vi sin comprender la reacción del bueno de Jaspe, como se orinaba de no poder controlar ese miedo irracional que le desbordaba al sentirse acorralado.
En ese momento volví a notar esa presencia que a lo largo de la mañana ya había sentido en otra ocasión y en esa milésima de segundo volví a recordar todo lo que había hecho, a la vez que sin poder evitarlo también noté como algo frío y alargado se introducía entre mis costillas flotantes del lado derecho de mi cuerpo con cierta resistencia, y notaba como se alojaba en mi interior en el mismo momento que un dolor indescriptible atravesaba mis entrañas.
En ese instante todo mi cuerpo empezó a temblar de pura debilidad, y sin poder evitarlo por la comisura de mi boca escurrió un fino hilo de sangre oscura. Sentí como salía de mi y pude observar que lo que me había mantenido en pie era el simple y llano hecho de que esa hoja estaba atravesando mi cuerpo.
Caí al suelo, y cuando mi vista empezó a nublarse oí una voz que me dijo lo siguiente:
- Tu cuerpo será el mejor mensaje que le podamos dejar a Amaesh los renegados, ¿verdad?.
Esa voz se me antojo cargada de ira y sin embargo me resultó demasiado familiar. Pese a estar tirado en el suelo pude con mis últimas fuerzas girarme pese al dolor que me atravesó y el consiguiente chorro de sangre que salió de mi abdomen empapando la alfombra.
En ese momento comprendí la razón de que Jaspe tuviera tanto miedo, y eso fue porque lo último que vi fue la imagen mas aterradora de mi vida, una larga hoja de metal escurriendo mi propia sangre y unos fríos ojos azules, azules como el mismísimo hielo, que pese a ser tan aterradores e imponentes, me eran tan extrañamente familiares que me helaron la poca sangre que me quedaba en el cuerpo antes de perder el conocimiento y con él la vida.


. . .


En ese momento lo único en lo que podía pensar era en aquel general agonizante que se encontraba a mis pies, frente a mi. Llevaba cosa de media hora observándole hacer su rutina, levantarse, ducharse, preparar su ropa y vestirse, elegir entre las posibilidades que había en el tubo de alimentos para el desayuno, ver la televisión y por tanto las noticias dado que era lo único que se podía ver por todo lo sucedido; y habría seguido viendo un poco que hacía, simplemente por curiosidad, no por nada mas, hasta el momento que hubiera decidido salir del apartamento. En ese momento no habría tenido mas remedio que matarle dado que las órdenes eran las órdenes, y dado que por hoy ya había hecho bastante con la que se había armado con todo el asunto de Tarish, no tenia otra opción que cumplir la orden que Raesh me había encargado y en realidad la verdadera razón por la que había salido de la base, y por tanto exponerme a que me localizaran los agentes.
Todo hay que decirlo, lo mas probable es que hubiera disfrutado el simple hecho de que hubiera muerto en la puerta de su casa, y que por esa razón se hubiera enterado el vecindario de que le había matado yo, cosa que habría hecho subir el precio por mi cabeza y a la vez el prestigio en la organización. Pero eso no es lo que había pasado. El buen hombre del general se había acordado de repente de ese perro que tenía, que cada vez que había pasado levitando por la puerta del salón me había mirado. La primera vez que pasé, se había atrevido a gruñirme, cosa que dado su tamaño era comprensible, ya que le daba confianza. Me bastó una simple mirada para que el pobre animal se agachara y arrastrara hacia una de las esquinas de la habitación gimiendo. Supongo que mi mirada no había variado en todos estos años, y por tanto seguía teniendo un gran poder de convicción.
La verdad es que gracias a ese animal el general había evitado que se juntara su muerte con toda la catástrofe que según los mediaos de divulgación de noticias había ocurrido esa mañana a primera hora.
Ese animal al volver a verme lo que hizo fue sentir tal pánico al verme flotar tras su amo, que en cierto modo le alertó y no tuve mas remedio que atravesarle con la espada.
Lo mas extraño fue que no soltó ningún grito, no se quejó, no soltó ningún gemido ni similar; lo único que hizo fue jadear y suspirar al darse cuenta de su situación, aceptó su final con resignación. Al fin y al cabo era un perro de Amaesh, y como tal le tenían bien adiestrado. Adiestrado hasta el punto de que segundos antes de perder la conciencia me reconociera, o al menos eso creo, y lo único que se viera capaz de hacer es aterrorizarse al ver hasta que punto esta capacitada la organización, aterrorizarse hasta el punto de que su corazón se parara del miedo antes que por la herida que le había causado, es decir, muerte por horror, no por daño.
Al menos yo no soy tan cruel como algunos compañeros, que cuando reciben el encargo de un asesinato, no dejan que su víctima le mire a los ojos, no dejan que sepa quien es el que lo hizo antes de su muerte. Supongo que por eso yo soy mas buscado que el resto ya que Amaesh y sus hombres tienen la tecnología para acceder a los últimos segundos de la vida de un cadáver y con ello, como no, al registro de mi cara ya que no me gusta lo que hacen mis compañeros, me parece cruel, despiadado, a la vez que un acto de cobardía. En parte de ahí viene el alto precio por mi cabeza, ya que con este asesinato ya eran cuatro los muertos a mis manos, aunque este seguro que subiría el precio por mi cabeza dado que era uno de los cuatro generales.
Supongo que Raesh en el fondo quería que lo hiciera yo por una sencilla razón, el bueno del general fue el último al que vi cuando Raesh me sacó de los laboratorios secretos, quería que en el fondo antes de morir, pues Raesh sabe lo que me gusta hacer, me reconociera y viera el monstruo que ellos mismos habían creado.
Es una ironía, no es que ellos me hubieran creado, sino que al haberme tratado como me trataron hicieron que mi mente cambiara, que madurara, que hiciera que todo mi ser fuera en contra de todo lo que ellos representaban. Los años que me hicieron pasar en aquel maldito laboratorio me hicieron darme cuenta de que lo que realmente habían hecho era maltratarme, aprovecharse de mi, de mis facultades, unas facultades que me pertenecían por derecho de nacimiento, y eso no se lo podría perdonar jamás.
Un día lo que hice fue que cuando tenía que ir a mi zona de trabajo cogí todos los planos de mis proyectos, los prototipos, destruí las copias y me intenté escapar con la mala suerte de que me cogió el mismísimo general, y el mismísimo general me torturó como escarmiento. Justo en ese momento apareció Raesh con Marin y Darke, mataron a los guardias y no pudieron acabar con el general por un escudo que tenía que le protegía, una barrera como de energía que había activado al tocar una medalla en su pecho.
El general no hizo nada por atacar pero tampoco evitó que me sacaran de allí y me salvaran del infierno de los laboratorios, creo que en este preciso momento cuando me miró a los ojos mientras agonizaba se dio cuenta que tenía que haber intervenido años atrás para evitar lo que había ocurrido en el presente, pero era evidente que ya no podía hacer nada dado que mi espada ya se había introducido en su caja torácica y le había producido hemorragias internas que eran imposibles de detener en este instante.
Supongo que en ese momento lo que debería haber hecho ya no tenía gran importancia porque lo hecho, hecho está, y no podía cambiar la circunstancia de que se estaba desmayando sobre la alfombra de su caro apartamento.
Después de divagar durante unos segundos mi mente se centró en que podía sacar en claro de lo que acababa de hacer y como podría beneficiar a la organización.
Lo primero que hice fue meter la nota de advertencia para Amaesh que el propio Raesh había escrito con la finalidad de que se diera cuenta hasta donde podíamos llegar, que no éramos unos simples aficionados, que todo lo que hacemos esta hecho por una única razón, su caída.
Tras hacer que la corriente eléctrica recorriera mi columna en sentido inverso para apagar mi poder me di cuenta que el general había estado tocando y acariciando en su cuarto una de las medallas antes de ir a desayunar, y sin mas dilación me fui a ver si la encontraba, ya que podía ser aquella medalla que creó el escudo que no pudimos atravesar años atrás, en el momento de mi rescate.
En su cuarto poco se podía sacar en claro, pues había tal orden que no se podía ver mas que las cosas completamente en su sitio, con lo que no daba pie a rebuscar, ya que todo lo que había estaba a la vista sin que se pudiera esconder nada, así que lo que hice fue acercarme al armario y abrirlo de par en par.
Tras varios minutos tirando la ropa por todos lados para ver si se encontraba entre ella, desistí en el hecho de buscarla en el armario y me dirigí al salón para ver si podía despertar al general para que le dijera donde estaba antes de que muriera.
Me acerqué al pobre resto humano que tenía ante mis ojos y realmente lo que ocurrió fue algo sencillo, algo que era evidente ya que cuando alguien hace daño a un ser querido éste, tras el trauma, lo que siente es odio, y eso es lo que pasó con el pobre animal del general. En cuanto me vio entrar por la puerta del salón se abalanzó sobre mi y si no fuera porque soy un hombre de armas podría haber acabado mal, ya que en medio de su salto tuve los reflejos suficientes para poder apartarme a un lado, y tras esto, agarrarle la cabeza y estampar al pobre animal contra el suelo, dejándole inconsciente.
Debido a su peso y tamaño, el movimiento que tuve que realizar para desplazarle con la suficiente fuerza contra el suelo, me hizo que a la misma vez que este se estrellaba contra la moqueta del piso mi brazo se resintiera y que por tanto la herida que tenía en el brazo, que hasta este mismo momento no había notado, se abriera y que empezara a sangrar de una manera incontrolada.
Esta herida no sé de donde había salido porque no recordaba haber tenido que luchar contra ningún agente, pero lo mas impresionante era que era un corte tan sumamente limpio que no había sangrado hasta el momento que fui atacado por el pobre animal y me vi obligado a hacer el movimiento que abrió del todo la herida con lo que mi brazo, se retorció en convulsiones que no podía controlar a la vez que la sangre escurría por él y caía sobre el pelaje del semi-lobo inconsciente a mis pies.
Tras esto lo primero que pasó por mi cabeza fue la sensación de querer saber cuando me hice ese corte, ya que no lo había notado hasta el momento en que se abrió con un doloroso e intenso temblor. Me puse a pensar y con gran aflicción donde me podía haber hecho este corte largo profundo que recorría mi brazo desde la muñeca hasta el hombro, cuando de repente me di cuenta que la televisión estaba puesta en la cocina del piso y lo que hice fue acercarme y ver las imágenes que se veían en la pantalla.
La presentadora pasaba unas imágenes de lo que había ocurrido en el piso de Tarish, cuando salimos de él momentos antes de que reventara. En esas imágenes lo que hacían era pasar a cámara lenta la salida de “la segunda figura” como ellos me llamaban a mi.
En ese momento vi como me había hecho la terrible hendidura que me rajaba todo el brazo a lo largo.
En las imágenes se me apreciaba saltando del edificio por el agujero que hizo Tarish, y como segundos después el edificio explotaba. Lo más importante es que cuando lo pasaron a cámara lenta y la presentadora decía que habían intentado ver los rasgos de mi cara para identificarme, pude ver como al explotar el piso una plancha de metal salía volando hacia mi y yo creo esquivarla. Evidentemente no lo esquivo, porque el dolor lacerante que me atraviesa el brazo es una prueba de lo mas clara.
Tras, por casualidad, descubrir como me hice el desafortunado corte, me quité el chaleco que tenia puesto, la camiseta, y me puse a limpiarme la herida. Después de esto busqué vendas pero no las encontré así que lo que hice fue hacer jirones mi camiseta y hacerme unas vendas, que tras empaparlas en alcohol me puse en el brazo sin poder evitar un pequeño grito por el escozor del alcohol sobre la carne abierta.
Me puse el chaleco sobre el torso desnudo y me centré en encontrar esa medalla que no parecía estar en la habitación del general. Inútilmente me acerqué a ver si el general estaba vivo, cosa que iba a hacer antes de que me atacara el can. La realidad es que estaba muerto, su pulso se había detenido. Ante esto lo único que se me pasó por la cabeza fue que la habría escondido por la casa por si ocurría algo así, o simplemente que la habría cambiado de sitio cuando se estuvo vistiendo momento en que el perro del buen general casi me ataca y tuve que reducirle con la mirada.
Revolver ya había revuelto así que lo único que paso por mi cabeza fue una ira ciega contra el general y sin poder razonar una patada fue lo que me salió contra el cadáver teniendo la suerte de acertarle en el pecho, con lo que una de las medallas que tenía en el pecho y que yo no había visto salió despedida contra el cristal de la ventana del salón.
Me acerqué a la medalla caída y lo que hice fue reírme con una gran alegría por descubrir donde estaba la medalla especial.
Me levanté con la medalla en la mano y cogiendo al general de los hombros le di la vuelta para verle el pecho donde le había golpeado en mi ataque de desesperación.
Ataque de desesperación, eso es lo que realmente me dio cuando vi que en el pecho tenía mas de cincuenta medallas, probablemente todas las que se habían dado en toda su carrera. Me senté en uno de los sillones y empecé a aclarar mi mente y a intentar organizar mis pensamientos. No me iba a llevar todas las medallas porque entonces cuando encontraran el cuerpo sabrían a porque me había mandado Raesh, no, así que debería encontrar alguna manera de localizar la medalla que entre todas las de su pecho provocaba aquel escudo tan impresionante.
Estaba tan sumamente concentrado que noté, como siempre que pasaba en estas situaciones, que casi inconscientemente activé mi poder, y tras un escalofrío por la columna y un sutil pinchazo tras los ojos, mi mente empezó a razonar con mayor efectividad y frialdad. Una vez que evalué desde este nuevo punto de vista lo ocurrido en esta mañana en el piso del general, me di cuenta que cuando el general se vistió acarició una medalla que estaba dentro de un estuche negro con los bordes brillantes antes de que tuviera que salir a calmar al maldito perro para que no me descubriera.
A raíz de eso lo que hice fue ir a la habitación coger el estuche negro que ya había encontrado antes al buscar en ella y volví al salón rezando porque estuviera la medalla metida en el típico espumillón con la forma de la medalla.
Cuando abrí el estuche vi con cierto alivio que si que estaba el espumillón y al momento localice la medalla en el pecho del general.
La cogí y al desprenderla de la solapa de la chaqueta sin querer apreté la cabeza de la misma y vi como un escudo de color azulado me envolvió, cosa que hizo que mi risa sonara en la habitación. Volví a presionar la cabeza de la medalla y el escudo desapareció.
Al momento noté como algo me goteaba por el brazo, y descubrí que la herida que había descubierto al golpear a la mascota del general estaba sangrando tan profusamente que ya había empapado las vendas que había hecho con su camiseta.
Al verlo me fui corriendo a la cocina y ante el vahído que me dio al entrar en la habitación decidí que debería tomarme una píldora de reabastecimiento de sangre porque debía haber perdido bastante.
Tras tomármela y esperar un rato hasta que me empecé a sentirme mejor, me quité las vendas y me limpié las heridas en la pila y después me acerque al tubo de alimentos y pedí harina. Cuando cayó el paquete lo cogí, lo abrí y me eché la harina sobre la herida llenándola para evitar la pérdida de sangre y ayudar a su coagulación. Después cogí parte de las vendas que hice la otra vez y que aunque estaban llenas de sangre podían cubrir todo el corte.
Salí de la cocina mientras me ponía el chaleco y la katana que llevaba siempre a la espalda y con la que había atravesado al inquilino del lujoso piso.
Cuando estaba en el salón recogiendo las cosas que me iba a llevar del piso un fuerte golpe hizo que la puerta del piso se viniera abajo y lo primero que hice tras activar mi poder, el gran don que al nacer me dio el corrupto de Amaesh, fue sacar rápidamente de su estuche la medalla y ponérmela en el chaleco.
Hacía mucho tiempo que no tenía tanta suerte porque en el segundo que tardé en ponérmela y apretar su cabeza para poner el escudo en funcionamiento, cerca de diez agentes entraron y descargaron sus katanas sobre mí.
Recuerdo que estúpidamente levanté mi brazo herido para cubrirme y lo único que hice fue no sentir nada, ya que cuando abrí los ojos me encontraba mirando como el escudo azulado que me cubría había parado todas las katanas que se habían desplazado hacia mi y que estaban haciendo fuerza sobre el mismo inútilmente.
Me había agachado, probablemente habría podido hacer algo de no haber tenido el escudo, pero teniéndolo, ¿por qué no usarlo? por eso me arriesgué a que no funcionara y por eso me cubrí con mi lastimado brazo, por si no funcionaba por cualquier cosa. Me levanté, aparté de un empujón las espadas que aún seguían intentando traspasar el escudo azulado que se ceñía a la forma de mi cuerpo y miré al único agente que no había siquiera hecho amago de desenfundar la katana que tenía colgada de la espalda.
-¿Así que por esto es por lo que habéis venido? - Preguntó mientras me clavaba dos ojos que en un instante pasaron del negro mas oscuro a un azul deslumbrante - para matar al pobre general Owen y robarle su insignia.
No quise responder, no quise decir nada y como bien se hacer le di a entender con una fría mirada lo que creía que debía ver en mis ojos, ira, rabia, desprecio... Todo aquello que me hicieron sentir cuando estuve encerrado en los laboratorios de Amaesh.
-Oh, ¿así que el renegado no quiere responder pero nos dice que nos vayamos al diablo? - dijo con un deje irónico en la voz, a la vez que se acercaba para que pudiera escuchar yo solo lo que iba a decir - nosotros estamos arriba y tu junto con tus malditos compañeros estáis abajo. Eso es algo que no podréis cambiar aunque consigáis perdurar durante mas de mil años.
Después de su sencillo discurso miró al resto, dio alguna orden a alguno en especial para que se encargaran del cadáver de Owen y volvió a abrir la boca.
-No le dejéis salir, solo Amaesh puede desactivar el escudo que tiene puesto ahora mismo.
Ante esta última orden los agentes se pusieron a mi alrededor, incluyendo al usuario de poder renegado que me había hablado, y sin que pudiera hacer nada pusieron todas sus katanas apuntando hacia mi dejándome en el centro.
Cuando vi que habíamos llegado a este punto y que era evidente que iban a llamar a Amaesh para que desactivara mi escudo, me di cuenta que podía ser usado como arma también, ya que era una armadura pero se podía luchar cuerpo a cuerpo con ella puesta, así que sin pensarlo dos veces salté en el aire dando una voltereta sobre las katanas y los agentes hasta caer detrás del líder.
Cuando este se dio cuenta esquivó la patada que le había lanzado y me lanzó un tajo horizontal con su katana sin recordar el escudo, por lo que yo puse mi brazo entre medias y el escudo hizo su parte deteniendo la hoja con lo que sería mi muñeca. Sin pensarlo dos veces agarré la hoja de su katana con la mano del brazo que la había parado, tiré de ella hacia mi y agarré al agente con la otra mano del cuello, le levanté y mirándole a los ojos le dije que aceptara lo que era, que pensara a favor de quien ponía su poder y si realmente este lo merecía. Seguí mirándole durante un segundo y le dije que le dijera al dictador lo que había ocurrido esa mañana en el piso, que no lo olvidara porque no sería la ultima vez.
Tras esos segundos en los cuales nos miramos a los ojos el uno al otro, le lancé contra la pared y eché a correr hacía la ventana del salón.
Los otros agentes al ver que me quitaba de en medio a su líder con tanta facilidad se lo pensaron antes de atacarme pero sin duda lo hicieron y por ello los fui apartando a empujones según se ponían en mi camino.
Cuando llegué a la altura de la ventana, con la inercia de la carrera que había cogido, cuando estaba a unos dos metros de ella, salté hacia delante con lo que inevitablemente chocaría con ella. Para evitar el aturdimiento de darle con la cabeza giré en el aire y choqué con la espalda contra el cristal con lo que la última imagen que vi de la habitación en la que estaba antes de caer, fue la de unos agentes con cara de incomprensión al ver que me tiraba por la ventana que corrían hacia ella para evitarlo.
La siguiente sensación que sentí fue el característico escalofrío que da cuando caes en picado, ya que caía completamente hacia el suelo desde la altura de un vigésimo piso.
Justo cuando estaba a punto de chocar con el suelo empecé a oír los gritos procedentes de la gente que me había visto caer por lo que reemprendí el vuelo y al activar los antigravitatorios no pude evitar que los cristales de la ventana que caían conmigo me dieran al pararme antes del impacto. Cuando me paré me orienté y salí disparado hacia el lugar donde había quedado encontrarme con Tarish, más allá del desierto este.


. . .


En cuanto me levanté le vi corriendo hacia la ventana, aparatando a mis hombres a empujones como si no fueran mas que moscas en su camino. Empecé a correr hacia él porque sabía lo que iba a hacer, es decir tirarse por la ventana y si era quién creía que era se nos escaparía. Hace unos meses atrás mataron a un oficial mayor del mando principal de la agencia y por el examen tras la muerte se pudo saber que era Kirin el transeúnte, ya que tras atacar al oficial se puede ver que lo último que vio en su vida fue a Kirin despegando del suelo.
Se tiraría al vacío y se iría volando y efectivamente es lo que hizo ya que saltó contra la ventana y tras eso chocó con la espalda contra ella rompiéndola y mirándonos con la clara intención de decirnos que habíamos perdido.
Lo mas rápido que pude me acerqué a donde segundos antes había una ventana y me asomé en el momento perfecto para ver a Kirin remontando el vuelo y huyendo en la lejanía.
Me giré y miré a los agentes que me rodeaban, con lo que en lo único que pude pensar es en la única frase que había oído de los labios del transeúnte.

“Acepta lo que eres, piensa a favor de quien pones tu poder, y lo más importante, si realmente éste lo merece. Dile a Amaesh lo que ha ocurrido esta mañana en el piso, que no lo olvide porque no será la ultima vez que ocurra.”

Esa frase desde que me había levantado no podía quitármela de la cabeza, habría gente que pensaría que estoy loco, el propio Amaesh uno de ellos, pero era un usuario de poder, el único que no estaba esclavizado en los laboratorios y no pertenecía a los renegados. Realmente en ese aspecto Kirin tenia razón, debía pensar en a quien le debo brindar mi poder.
Seguí pensando en ello mientras mis hombres hablaban entre ellos en la otra punta del piso.
De repente mi mente aceptó una posibilidad que sería una baza que solo sabría yo y que me podía traer beneficios en un futuro.
Con una sonrisa en mi cara me acerqué a mis compañeros y me puse en el punto en el que había estado Kirin de pie levantándome en del cuello. No pude evitar pensar la fuerza que tenía ya que el escudo lo único que hace es proteger a su portador, no le da ningún aumento de fuerza, por lo que era un enemigo formidable al poder sin ningún esfuerzo conmigo, el único de la agencia que por mi fuerza física había conseguido llegar a ser uno de los eslabones mas importantes dentro de la agencia de la autoridad y un hombre con contacto directo con el mismísimo Amaesh, mas bien bajo su tutela.
Estando en esa posición vi mi katana tirada en el suelo, justo donde Kirin la había soltado antes de echarse a correr. Me agaché la cogí y la envainé en la funda que tenía colgada de la espalda.

-Kanit tenemos que informar de esto al general Price - se me había acercado uno de mis hombres para decirme algo que era evidente y por consiguiente el resto de ellos se fueron acercando - maldito, ha robado tecnología. Eso es grave.
Sin saber por qué desenvainé de golpe mi katana y le lancé un tajo vertical al pobre arrebatándole la vida. El resto de los hombres me miraron con cara de incomprensión mientras su compañero caía agonizando a mis pies, y no pude hacer otra cosa que no fuera aprovechar ese segundo de indecisión para lanzarme contra ellos.

Uno tras otro fueron cayendo contra el suelo y muriendo en el mismo sitio en el que el general Owen había perdido su vida. Cuando acabé con ellos me quedé mirando la carnicería que había armado y con una carcajada histérica me dije que era un seguro para mis propios fines ya que si Amaesh no conseguía enterarse de que el general había perdido su medalla sería un punto a mi favor.
Cuando conseguí aceptar lo que acababa de hacer atravesé con mi katana las cabezas de todos los cadáveres excepto el del general, para evitar que en el examen pos muerte me acusaran a mi de matarles y le acusaran a Kirin, y después me corté en el brazo derecho con la katana para hacer de excusa de porque no les había defendido.
Otra excusa sería el hecho de que me había dejado con vida para que le contara a Amaesh lo que había ocurrido con lo que realmente no mentía, ya que era lo que Kirin me había dicho, solo que con una pequeña diferencia, que diría que el había matado a todos mis hombres antes de saltar por la ventana y huir volando.
Realmente era una traición lo que había hecho pero en mi mente realmente lo que era, era una manera de asegurarme un beneficio, un seguro a mi favor, en el fondo lo que había hecho era hacer caso al renegado con lo que me había asegurado un punto por donde escapar cuando Amaesh ya no pudiera enseñarme nada mas, y así poder vengar a toda mi raza.

05 - El ilusionista

La dura realidad es la siguiente: todo lo que creía se desvanece en la nada, como si no existiera; situación parecida a cuando un loco intenta hacer un castillo de naipes en un día de viento; ilusiones sin parte física, ilusiones que lo único que hacen es que tu corazón no pare de dar saltos, ilusiones que pese a darte una esperanza para seguir viviendo son tan débiles, simples y efímeras como un suspiro.

En el fondo ¿qué es lo que son las ilusiones?, simples cartas que se apilan, para que la mas débil de las ráfagas del viento las pueda arrastrar sin remedio. Al haber dado esta afirmación, todo el mundo pensará -de qué nos estará hablando este pirado-; pero la realidad es que no soy un pirado simplemente soy una persona como todas las demás, otra persona tan normal como esa chica que te encuentras todos los días en el metro de camino al curro, esa chica que conoces de todos y cada uno de los días, esa chica que has visto de mil maneras distintas, ya sea con abrigo en el mas crudo invierno, o con pantalón corto en pleno verano; esa chica de la que muchas veces habrás pensado –¿qué pasara si me acerco y la saludo? –; esa chica que sabes que también te conoce de todos los días, igual que tu la conoces a ella; esa chica que en algún momento te hizo pensar en cosas, tales, que al segundo de hacerlo deseaste no haberlo pensado, mientras, una sonrisa sincera aparece en tu rostro; esa chica que cada vez que la encuentras en el metro justo antes de que se abran las puertas, si da la casualidad de que os miráis, te sonríe; esa chica, de la que nada mas conoces la parte de su vida que pasa de tal estación a tal otra; con esta chica tus pensamientos vuelan, cambian de sitio al momento de verla, y te metes en un mundo, interior, compartido, es tu mundo propio, algún lugar perdido en tu mente en el que todo es especial para ti, lugar en el que nadie puede entrar, un lugar hecho de ilusiones... pero estas no son mas que lo que hay en tu cabeza; y por tanto de un simple plumazo pueden ser borradas de su efímera existencia con gran facilidad.

Esto es lo que pensaba Kage cuando se sentó en la butaca del metro y miro a la chica que todos los días se sentaba enfrente, ya que era una chica que, aunque algunas veces se había sentado a su lado, no le había dirigido la palabra, pese a que cuando esto había pasado ella no le había quitado el ojo de encima. Hoy era uno de esos días, había sitio a su lado, ella había hecho el amago de sentarse en la butaca libre de enfrente, pero por alguna razón ella sin que el se lo pidiese, y aunque es lo que deseaba, se había girado miro el asiento vacío a su derecha y se había sentado. Kage estaba en su asiento, sin querer pensar mas que otros días, haciendo como si no pasara nada, pero en realidad no perdía detalle de todo lo que ella hacia en la butaca que ocupaba a su derecha, cada movimiento que ella hacia le ponía los pelos de punta, se colocaba las gafas, o sacudía el extremo de su falda, la cual colgaba sobre sus piernas cruzadas.

Kage no quiso esperar, su mente empezó a volar. Todo le daba vueltas imaginaba un mundo libre en el cual su persona no fuera controlada constantemente, en el y su compañera anónima pudieran vivir en libertad sin necesidad de tener que esconder sus sentimientos. Un lugar en el que pudiera preguntarle sin temor a una cara que le diese a entender que no entendía porque le hablaba, cosa probable en el caso de que lo intentara. Un mundo en el que ese Tarish pudiera vivir si le diera la gana, pensando lo que quisiera sin tener que llegar al punto de defenderse de esa manera, usando ese supuesto poder diabólico que decían que tenia en los medios.

Estaba pensando todas estas cosas cuando la realidad y todas las ilusiones se cayeron, mas que eso, no es que se cayeran, se las llevó el viento.

-¿Cómo te llamas? – ese sonido resonó por todo el vagón en el que solo había cinco o seis personas incluyéndoles a ellos – esque como siempre me miras y pones la misma cara que la de hace un momento, he pensado que me gustaría saber tu nombre.

En ese momento Kage pensó que el mundo era un mundo que se parecía al de su imaginación, no el de su imaginación, sino uno que empezaba a parecerse.

-Kage, me llamo Kage - dijo girando la cabeza hacia su audaz acompañante.

-A quien las sombras envuelven, un nombre así debía tener- susurró la chica mientras dirigía sus ojos al suelo y le surgía una sonrisa de malicia en la cara.

Kage notó un escalofrió que le recorría la espalda, una descarga eléctrica que le dejó helado, sus pelos de punta y un roce en su mano, que fue el que debería haber provocado el escalofrío.

El escalofrío le recorrió el cuerpo segundos antes de que la chica apoyara su mano sobre la suya, cosa que le hizo plantearse todo lo ocurrido.

-Destino- pensó- no, no creo, esto es algo que ha ocurrido por simple azar.

-Y tu ¿quién eres?- pregunto Kage dirigiéndole la mirada a los ojos por primera vez - ¿Y cómo has hecho eso?

-Yo no he hecho nada. Eso es algo que haces tu inconscientemente, por eso en parte sigues aquí. No te has dado cuenta , pero cada vez que vas a un control de pensamientos o pasas cerca de agentes con atarners dejas de pensar en las cosas de siempre y piensas en cosas favorables al sistema – dijo con sinceridad poniendo sus verdes ojo sobre los de Kage – intuyes inconscientemente donde van a estar, y de esta manera al dejar de pensar en tus verdaderos pensamientos, lo único que captan de ti es que eres otro inepto mas engañado. No eres consciente de ello, pero eso es lo que haces – le confesó con premura – y, por cierto mi nombre es Jane.

-Me estas diciendo que tengo poderes - contesto Kage medio incrédulo, lacónico o incluso hasta hiriente, pese a estar con cierto recelo por lo ocurrido – me estas diciendo que controlo mentes o algo así.

-No me has entendido – contesto jane poniendo los ojos en blanco – No es un poder, sino una habilidad.

-¿Habilidad?, algo así como una forma de ser – dijo Kage poniéndose, esta vez sí, serio al ver que Jane iba en serio - ¿Parecido a un escudo contra las intrusiones mentales de los atarners?

-No, no es eso, usas esa habilidad de una forma...

Jane no terminó la frase o al menos, si lo hizo, Kage, no la oyó, simplemente por el hecho de que en ese instante un montón de imágenes, escenas, sonidos, conversaciones, atravesaron su mente, haciéndole ver algo ocurrido que no tenía nada que ver con lo que estaba pasando en ese vagón de metro.

Kage vio algo que no tenia sentido, se vio como en el cuerpo de otra persona, era un chico, de pelo rubio, largo, que estaba muy cansado y que hablaba con otro hombre que por imposible que pareciera se encontraba suspendido en el aire.

Ellos hablaban de un poder que tenía él, el chico rubio, y que debería poner a las ordenes de una organización para acabar con el poder de Amaesh. El chico aceptaba pero justo en ese momento unos edificios en la lejanía reventaban con el típico modus operandi que usaban los agentes de la autoridad cuando iban a inmovilizar a un sospechoso de traición.

Al ver esto Kage sintió como propio el odio, la rabia, y la tristeza de ese chico, hasta tal punto que vio como le consumían y nublaban su mente. Esto provoco algo que asustó a Kage, una gran cantidad de energía fue despedida, y se manifestó como lenguas de fuego brillante a su alrededor, mientras que un penetrante dolor en la cabeza le hizo despertarse en el suelo del vagón, sudoroso, lívido y sin fuerzas.

Lo primero que vio después de todo fue la cara de Jane, que le decía que qué había visto, como si supiera que él hubiera visto algo.

Le explicó lo que había visto en su sueño y cuando lo terminó de explicar, Jane, lívida, le cogió del brazo y le levantó del asiento del metro y salieron en la próxima estación.

Cuando salieron vieron que había mucha gente aterrorizada intentando entrar en el vagón, y , sin entenderlo aún, siguió a Jane a la superficie.

Cuando salieron, después de esquivar a cientos de personas que entraban llenas de pánico en el metro, a lo lejos vio algo que venía directos hacia ellos y que le paralizo el cuerpo del pánico.

Era un chico rubio, de pelo largo que envuelto entre llamas de color violáceo saltaba de una pared de edificio a otra, dejando cráteres allí donde se impulsaba.

Sin duda se debía de tratar de ese chico que había visto en su ilusión, pero en ese momento ató cabos y se dio cuenta que era ese Tarish del que hablaban en los medios de divulgación de noticias.

Lo peor de todo fue cuando en vez de ir al siguiente edificio, fue a parar al suelo a unos escaso dos metros de él, con lo que sintió el calor que despedían esas llamas ardientes que le rodeaban el cuerpo.

Una mirada. Conectada. Ambas personas unidas por un mismo destino al destruir el sistema.

Eso es lo que vio Kage al mirar al chico ardiente a la cara, y una sonrisa demacrada es lo que obtuvo como recompensa, sonrisa que le dio a entender que ese chico había compartido esa ilusión, esa fantasía que le había inundado momentos antes de que saltara provocando un cráter en el suelo que le desestabilizara y le hiciera caer al suelo.

En ese momento lo supo, Kage lo comprendió, el tenía la habilidad de ver que penas, esperanzas, sentidos deseos padecía la gente de su alrededor guardados en sus cabezas, y por tanto, se dio cuenta de que todo por lo que había pasado esa mañana le llevaba a un solo destino, convertirse en ilusionista.