Monday, February 12, 2007

04 - La ira de Tarish

En este momento no se que es lo que ha ocurrido, creía que dominaba la situación, más bien, creía que él sabría contenerse, pues lo acaecido hoy aquí es algo que evidentemente ocurriría y él no ha podido contenerse de ninguna manera.
Ya le había conocido, había sabido como era, como funcionaba su mente, o eso es lo que creía.
Esto me dice que debo dejar de confiar en mis prejuicios , los cuales casi nunca fallan, pero como humano que soy también erro, también me equivoco, a pesar de que ya le había convencido y parecía estar conseguido.
El chico tiene un gran don, un don que supera por completo la evolución genética que se preveía, o que al menos Amaesh pretendía lograr.
El gas Soecar que Amaesh esparció por todo el mundo, a lo largo de los 3 continentes, pretendía que a largo plazo, unos 50 años, empezara a crear mutaciones genéticas que crearan hombres de intelecto superior, una minoría sí, pero que se crearan.
Amaesh tenía un intelecto muy superior al que tenían las gentes de su época y, la verdad, supo utilizarlo, en 15 años desde la fecha de su nacimiento en algún lugar del continente oriental. Empezó a maquinar desde temprana edad, y cuando llegó a los 15 años, penetró en el parlamento director del gobierno mundial con multitud de seguidores y objetos de alta tecnología, ante los que ni siquiera el ejército mundial podía hacer frente.
Una de estos objetos era este gas que esparció por todo el mundo.
Sus seguidores se convirtieron en una fuerza de élite llamada agencia de la autoridad y sus miembros eran los agentes de la autoridad, que por supuesto era él, Amaesh.
20 años después de su subida al poder, en torno al año 2026, se empezaron a ver casos de niños llevados a los examinadores (gentes encargados de los exámenes mentales) porque parecían inusitadamente lúcidos y listos para su edad.
Misteriosamente esos niños morían durante los exámenes y curiosamente cuantos mas morían mejores y mayores comodidades había entre las gentes de a pie, claramente proporcionados por nuestro gran salvador Amaesh.
Ejemplos de esto son los distribuidores o tubos de alimentos, los códigos grabados en nuestros hombros derechos como si fueran tatuajes para nuestra identificación, y control; el controlador atmosférico, el dispensador de materiales (armario del que se pueden sacar multitud de objetos por replicación de estos), etc...
A los 30 años de que el gas Soecar fuera liberado hubo un acontecimiento inusitado, uno de estos niños que “había muerto” fue avistado por su familia rondando su antigua casa, asunto que la autoridad quiso esconder a la población.
El germen de la duda ya estaba en el aire.
Este niño se llamaba Raesh y lo que ocurrió fue que se dedicó a localizar a niños como él para legar a formar una resistencia, pues se había escapado de unas instalaciones subterráneas donde estaban todos los niños muertos en los exámenes y que eran los que habían desarrollado estos inventos que habían revolucionado el sistema de vida.
Yo fui uno de los primeros reclutados por Raesh, cuando tenia 9años y recuerdo perfectamente lo que me dijo:

“Kirin, ayúdame a terminar con aquel que está esclavizando a nuestra raza”.

Así supe todo acerca de la corriente eléctrica, el porque de esas visiones que tenía y que me provocaban jaquecas insoportables.
Es curioso que lo que Amaesh creó para su propio beneficio, se fuera en su contra 50 años después de haberlo creado.
Es curioso que al intentar crear una mutación genética para el intelecto, la propia evolución humana evolucionara a partir de la misma mutación que él creó.
Esto estaría bien si se pudiera controlar, pero el joven Tarish, el 1º y único de su especie, no pudo hacerlo, como me demostró en esta azotea.
El poder que se despertó en él debido a esta mutación fue causado por un sentimiento, la ira, que le invadió e hizo que su cuerpo empezara a arder pomo un pira, pero su cuerpo en si no es que ardiera, sino que una fuerza de su interior hacía arder todo en un radio de 2 metros a su alrededor.
Cuando su cuerpo ardió en llamas y un aura flamígera de color azulado aparecía a su alrededor, su cara se contorsionó lanzando un grito al tiempo que saltaba hacia una columna de humo negro que apareció unas manzanas más allá del edificio sobre el que estábamos conversando momentos antes de que un estallido hiciera retumbar la tierra.
Sin duda era una bomba de materia negra, descubrimiento reciente en los laboratorios de Amaesh, de la que sabíamos gracias a espías de la organización dentro del laboratorio.
Al ver perderse a Tarish a lo lejos, fui rápidamente hacia donde estaba el emplazamiento de la detonación, edificio en el cual, según Tarish me dijo, era donde malvivía con su pobre madre.
Según me acercaba al lugar mencionado, desde mi perspectiva aérea, podía observar los lugares donde el iracundo Tarish se había apoyado para impulsarse, ya que en las fachadas de los edificios había agujeros similares a cráteres producidos por una fuerza desmesurada.
Cuando llegue a las puertas del edificio pude ver los efectos de la bomba de materia negra, unas cargas de C-4 habían reventado la parte de la fachada en la que estaban los conductos de ventilación que conectaban con cada piso y luego la bomba de materia negra había introducido materia negra en estado gaseoso que provocaría un estado de coma profundo en todo aquel que la respirara. De ahí que la columna de humo de color negro en el aire momentos antes.
Al llegar me pose frente a la entrada y pude ver un lamentable paisaje a mi alrededor.
La patrulla de agentes que se quedo en la entrada del edificio estaban muertos, despedazados y tirados a lo largo de la calle. Ante este lamentable espectáculo, pasé observando con cierta aprensión los restos de los agentes e intentando imaginar la llegada de Tarish, su victoria inmediata y aplastante sin tiempo de reacción por parte de los agentes, porque, sí, no había duda yo conocía al autor de esta atrocidad, y algo me decía que esto solo era una pequeña parte de lo que me podía encontrar en el interior del edificio.
Según iba subiendo las escaleras del edificio me encontraba con la misma situación que en la entrada, solo que al haber sido una lucha en interior se veían boquetes en las paredes, algunos rodeados de sangre, con lo que no me quería ni imaginar lo mas probable que hubiera ocurrido, es decir, que al darles un puñetazo (si es que se le podía llamar a si a eso) les había atravesado de parte a parte y había hecho el boquete en la pared.
Me parece que en este momento es cuando comprendí lo que significaba aquello que Raesh una vez me dijo y que tan aplicable al momento era, “"la ira es una espada de doble filo, te puede dar mucho poder, pero luego todo el poder prestado se puede volver en tu contra de una manera u otra”. Luego el chico de haber obtenido tal fuerza iba a saber lo que era bueno, pues tenía tal fuerza que se haría daño a si mismo al no controlar su propio cuerpo.
En realidad, aparte de en las atrocidades que podía contemplar, solo pensaba en como tranquilizar a Tarish, al cual se le oía dar golpes pocos pisos por encima que retumbaban por todo el edificio, que no podía hacer mas que temblar ante su desbocado poder.
Al llegar un piso por debajo del piso de la vivienda de Tarish pude vislumbrar la escalera que llevaba al pasillo de su puerta. Al avanzar por la escalera que llevaba a su rellano no pude evitar el fijarme que debía ser ese piso sencillamente porque la sangre que estaba, aun mas marcada, sobre las paredes escalones, etc...
Cuando llegue al rellano me quede mirando la carnicería provocada por Tarish, el cual había destrozado a unos 10 hombres y no se que me impacto más, si ver la cantidad desorbitada de miembros amputados, o que un torso apoyado contra la pared que parecía mirar en mi dirección pareció parpadear.
Cuando me puse frente a la puerta aparté un brazo ensangrentado hacia un lado con cara de repugnancia y entré en el piso cerrando la puerta tras de mi. Era un piso de tipo convencional y en este momento parecía como si todo lo que había en el pasillo principal hubiera sido pasado bajo las llamas de un lanzallamas.
De repente oí una voz, mas que eso un sollozo, miré con cuidado por el borde de la puerta y para no hacer ruido levité en el aire para no hacer ruido al pisar algo.
En la habitación al otro lado de la puerta pude observar una escena escalofriante, algo que me puso los pelos de punta.
Tarish estaba llorando sobre el cuerpo en coma de su madre, la cual al respirar el aire contaminado con materia oscura calló desmayada y se había golpeado en la cabeza con la esquina de una mesa, y al abrírsela estaba empapando con su sangre el regazo de Tarish el cual lloraba desconsoladamente sobre ella.
Al ver la situación no pude evitar pensar que Tarish en el fondo era un chico , pero de repente vi que se levantaba y venia hacia la puerta. Sin casi tener tiempo me pegué a la pared del techo para poder ver sin que me viera, y Tarish ardiendo como una pira paso por debajo de sin fijarse que estaba en el techo, y a la vez que sentí como sus llamas me lamían el cuerpo y todo aquello a su alrededor.
Tras esto fue a otra habitación cogió unas plantas, las machacó, y luego con un trapo volvió con su madre a la que le aplicó el cataplasma que había hecho y presionó con el sobre la brutal herida de su cabeza.
Al fijarme mejor vi que empezaba a salir un humo negro del lugar de la herida y poco después Tarish quito el trapo dejando al descubierto una calva en la cabeza de su madre, pero una calva sin herida, ensangrentada sí, pero sin herida.
En ese momento, tanto yo como él, pegamos un brinco al oír un pitido repetido. Yo me eleve en el aire, Tarish, creó un muro de fuego alrededor de él y su madre.
Súbitamente empecé a oír un risa que reconocí como la de Tarish, así que miré por el resquicio de la puerta y le vi sosteniendo un móvil.
Tarish presionó la tecla para iniciar la comunicación.
Había tal silencio que conseguí escuchar como Tarish hablaba por el teléfono y lo que comentaba el que le había llamado.
-¡¡¡¡ Tarish tronco!!!! ¿dónde coño estas? Te llevamos esperando mas de media hora – dijo la voz a la vez que Tarish miraba el reloj de la pared que debía estar sobre la puerta por la que miraba y escuchaba yo – ¿vas a venir o no?
Desde mi punto de vista pude observar como Tarish sonriendo y llorando contestaba mientras las llamas ondeaban y le lamían el cuerpo.
-Moer, si te lo contara no me creerías – dijo con un deje de voz
-Tío, ¡¡¡no me pongas otra estúpida excusa!!! – contestó con ira aquella voz.
-Mira Moer lo mejor que podéis hacer ahora es olvidaros de que me conocéis – comentó Tarish con un hilo de voz mientras que su amigo le intentaba interrumpir diciendo algo de que si se había enfadado – yo ya no existo – susurró sonriendo – ya os enterareis que ha pasado conmigo.
En ese momento alejó el móvil de su oreja y con un grito e ira apretó la mano y al abrirla los trozos del aparato, ardiendo, cayeron al suelo.
En ese momento se dirigió a la puerta diciendo:
-Porque ya no existo para el resto de la gente ¿verdad Kirin? – comentó mirándome a los ojos por el resquicio de la puerta.
-Cierto – dije compadeciéndome – ¿cómo supiste que estaba aquí? – pregunté sorprendido
-Je – rió Tarish – ¿por qué sigues haciendo preguntas que ya conoces? – preguntó – cuando pasé por tu lado en el pasillo y estabas en el techo te tocaron mis llamas ¿verdad? pues supe que eras tu en ese momento.
-Cierto otra vez – asentí – recoge lo que necesites, si quieres nos llevamos a tu madre.
-¿Hay medios en la organización? – preguntó Tarish con una lágrima cayendo por su mejilla.
- Sí, vamos, llegaran mas agentes – dije para zanjar el tema.
Tarish, sin dejar de mirarme, cerró los ojos y de repente cuando los abrió las llamas desaparecieron y su cuerpo empezó a doblarse y sacudirse, hasta que Tarish tomó el control y consiguió, sin dejar de escupir sangre, levantarse y andar hacia la habitación donde cogió las plantas.
La repercusión era clara, su cuerpo estaba agotado, dañado, herido, y la frase de Raesh me volvió a la mente.
Le seguí y entré en la habitación que antes no había podido observar desde mi escondite.
Me quede estupefacto, puesto que había muchos planos por todos lados, prototipos de trajes, probetas, una especie de forja las plantas que ya había observado antes y multitud de objetos que no había visto en mi vida.
Al entrar cogí un objeto que había sobre una mesa, era una especie de estuche, que al abrirlo contenía un cilindro alargado con un arnés que lo acopla al brazo y una tira de sujeción extra en la palma de la mano.
Era un objeto singular y al sacarlo del estuche y agarrarlo por el arnés que estaría sujetando el cilindro a la palma de la mano se empezó a calentar y , de repente, Tarish me pegó un manotazo al darse cuenta que había hecho, y el cilindro, por la parte que segundo antes había apuntado a mi cara, lanzo un rayo de energía, supuse en el momento, que destrozo la puerta por la que habíamos entrado.
-No toques nada – me espetó mientras guardaba el cilindro en su estuche – ayúdame a guardar los planos.
Tras este pequeño susto empecé a coger los numerosos planos, mientras él se colocaba en la palma de la mano derecha un aparato circular y lo sujetaba con un arnés a la mano. Después de esto cogió los planos y los guardó en maletas y los trajes y las plantas las metió a bulto en bolsas de viaje.
-Veámonos – dijo y cogió un granada fabricada por si mismo, pues no se pueden obtener si no eres agente, y puso el contador en 5 minutos – no puedo llevarme las probetas y lo demás así que lo destruiré, jeje y así si entra algún otro agente se llevará una sorpresa – comentó con una sonrisa cínica en la cara.
Una vez acabó fue al salón cargó a su madre sobre los hombros y fue hacia la puerta de salida mientras yo cogía los planos en la maleta y la bolsa con las plantas y los trajes.
Yo le iba siguiendo hacia la puerta que yo había cerrado cuando ésta saltó por los aires.
Al ver lo ocurrido Tarish levantó la mano derecha y activó el aparato que había visto como se colocaba en la palma.
-¡¡¡¡¡Aguanta la respiración!!!! – gritó Tarish.
Sentí un escalofrío y vi como mis ropas ondeaban hacia el aparato que Tarish tenia en su mano.
No se como explicarlo, todo el aire de la sala fue a para a su palma y a través del aparato que lo absorbió, vi como salía despedido hacia los atacantes formando un muro de aire sólido (por decirlo de alguna manera) y transparente.
El aire de la sala se recuperó , pues entró por la ventana más al dejar de haber en la habitación, pude observar con claridad como todo aquel que intentaba pasar por el muro de aire salía despedido hacia cualquier lado.-¡¡¡¡Kirin!!!! Tenemos que irnos – me espetó.
-¿Qué es ese aparato? – le pregunté.
-No hay tiempo ya te lo explicaré – dijo con cara de angustia - ¡¡¡¡¡la granada!!!!! – gritó.
-Pero la puerta.... – no terminé la frase, ya que tuve el placer de observar otra vez esa transformación tan abrumadora y como una vez terminada 2 o 3 segundos más tarde de un puñetazo Tarish reventaba la ventana del salón junto con casi toda la fachada que ocupaba su piso.
Me volvió a pasar, le vi saltar dejando una especie de cráter en el suelo y como el muro de aire cayó en ese instante y los agentes saltaban hacia mi con sus katanas en alto me volví a ver solo en una situación un tanto problemática.
Ante esto puse los ojos en blanco y con la maleta de los planos y las bolsas salí volando por la abertura en la pared del edificio.
Otra vez fui siguiendo los cráteres en los edificios y mientras reventaba el edificio que habíamos dejado atrás le vi esperándome con su flamígera melena ondeando sobre una farola le la calle que se había doblado un poco al recibir el peso y la fuerza de caída al aterrizar Tarish sobre ella.
-¿Dónde vamos? – preguntó Tarish mientras colocaba bien a su madre sobre los hombros – llévame a la organización.
-Sigue al norte y cuando salgas de la ciudad ve al este hasta que llegues al curso del rió Maine. Espérame ahí.
-Te esperaré allí Kirin – dijo sonriendo – ten cuidado.
-Sí – contesté sin poder evitar que surgiera una sonrisa en mi cara – allí nos veremos.
–¡Tarish! – exclamé justo un momento antes de que Tarish saliera disparado haciendo que se parara y me mirara – ¿Puedes llevar las maletas y los planos contigo?
–Sí, ¿Por qué? – preguntó Tarish con cierta curiosidad
–Digamos que tengo aun algunos asuntos por resolver – contesté mientras le pasaba las maletas.
–Bien. Te esperaré en la orilla del Maine Kirin, no me falles. – dijo con una sonrisa en su cara.
Tras ese alarde de confianza y cierta intención de amenaza, le vi saliendo disparado hacia el norte y pensé que Raesh me mataría por el espectáculo que había montado el chico al que he decidido por mi cuenta llevar a la organización.
El castigo sería ejemplar pero merecerá la pena por el miembro que acababa de conseguir para la organización.

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