Sunday, January 28, 2007

02 - La corriente eléctrica

Yo, imaginaros, entre una multitud, lo único que hago es caminar y seguir la puta rutina, de repente me pasa por la cabeza un pensamiento que provoca una reacción en mi tan normal como puede ser el tener sueño, sobre todo dadas las horas que son, imaginaros que hace 50 años, antes del golpe de estado del viejo Amaesh, lo único que me podría haber pasado es que la gente a mi alrededor me mirara y simplemente pasara a mi lado, mirándome con cara rara, pero nada más, me evitarían, evidentemente, ya que si ves a un pavo como yo, con mis pintas, y encima riéndose a carcajada limpia él solo no es muy normal, y simplemente por tener un pensamiento personal que tiene que ver con política, a lo sumo la gente me miraría así como ya he descrito, o simplemente se reirían hacia si mismos y seguirían su camino sin importarles de lo que yo me reía.
Esto es lo que pasaría normalmente, yo pararía de reírme y solamente seguiría mi camino, pero todo esto solo sucedería si, hipotéticamente, y repito hipotéticamente, se eliminaran de la ecuación algunas variables y factores como simplemente que en vez de ser el año 2066 fuera el año 2006, si no hubiera por todos lados malditos agentes de la autoridad (en el año 2006 habría policías pero no tratarían a la gente como la tratan los agentes de la autoridad, sino que ayudarían, supongo), si la gente no estuviera siempre controlada, mentalmente me refiero, ¡dios!, cada vez que recuerdo mi último examen mental me entran nauseas, se creen que pueden controlar lo que piensas, yo a mi alrededor solo veo a robots trabajando como si fueran simples máquinas, cuando en realidad son personas que actúan de la manera que se ve, cara a lo que creo que Amaesh llama sociedad, más por temor a que les ejecuten que porque sientan devoción por el sistema.
Supongo que también tendría que eliminar de la ecuación a Amaesh mismo, así nunca habría pasado lo que paso aquel día a las 8 y cuarto de la mañana de aquel lunes. Simplemente por reírme por darme cuenta que el controlador atmosférico no funciona otra vez, al igual que el tubo de alimentos cuando fui a tomar mi desayuno, o simplemente el lector del código de barras que no lee el código que tengo tatuado con mi identificación en el hombro derecho, y que por tanto, no me dejaba salir de mi lugar de residencia, porque donde vivo no se puede llamar una casa.
Simplemente por tener “un buen día” iba a ser ajusticiado en un segundo por dos putos agentes que se creían superiores a mi por ser unos agentes de nuestra gran autoridad, vamos que me iban a matar en medio de la calle, y por consiguiente, también iban a matar a 3 o 4 personas más con la escusa de que habían pensado lo mismo que yo, luego harían unos registros falsos en su atarner para confirmarlo ante su superior y les harían quedar como cómplices de un traidor, o sea yo, y por ello descastarían a toda su familia, simplemente porque yo había pensado de una manera distinta a ellos.
En ese momento estaba pensando esto según veía que la gente se apartaba y los agentes se me echaban encima enarbolando sus katanas con intención de matarme a mi, probablemente a la pobre señora que tenía detrás de mi echada en el suelo sin poder moverse al ver lo que se le echaba encima y a 2 o 3 personas más que no me había parado a ver.
No sé que pasó en ese instante, pero en vez de echarme al suelo acobardado y resignarme a mi fin, empecé a sentir una conocida corriente eléctrica pasando a través de mi columna (veo al primer agente pararse cerca de mí) la corriente es la más intensa que he sentido en mi vida y empieza a subir hacia mi cabeza (el otro agente llega al lado del otro y ambos levantan sus katanas a la par)la electricidad o lo que sea que es esta corriente llega a mi cabeza (veo, cada vez más lentamente, como caen las katanas).
Dolor, mucho dolor, el pinchazo detrás de mis ojos durante el microsegundo que duró fue horrible, muy distinto a otras veces que el dolor es un simple pinchazo que más que doler molesta, pero al ocurrir consigo ver como las katanas caen sobre mi con una velocidad mucho mas lenta de la que me pareció según las veía caer anteriormente.
El pinchazo fue lo que realmente necesité para reaccionar ante tal situación de tensión, ya que si no lo hubiera hecho ahora mis brazos estarían tirados en la acera.
Mi primera reacción saltar a un lado, un pequeño salto para esquivar por milímetros las hojas de las katanas, pero cuando me agacho para impulsarme sobre mis piernas, empiezo a notar como si una extraña energía invadiera todos los músculos en ellas, los hiciera crujir, y que al impulsarme me vea volando hacia una pared que hay a mi izquierda.
Tras chocar con la pared me levanto y me encuentro con los dos agentes intentando sacar sus katanas de la acera, pues al haber esquivado su ataque y solo tener fuerza bruta, sus katanas se habían quedado clavadas en la acera y no son capaces de sacarlas del asfalto. No sé porque, puede que movido por mi instinto, pero según salto hacia ellos veo todo como a cámara lenta, miro a un lado y me fijo que la señora que estaba a mi espalda ha salido corriendo, pero lo hace como cuando en un ordenador se ralentiza una carrera de atletismo, oigo las voces distorsionadas, las entiendo, pero suenan más graves y más lentas.
El primero en sentir mi ira es el agente más cercano a mí, en el aire giro sobre mí mismo dando una voltereta y recibe una patada en la cabeza que le tira al suelo y le hace rebotar contra el asfalto elevándose por la inercia hasta una altura a la que una patada mía le hace salir despedido hacia su compañero. Juraría haber sentido como el cráneo del agente se astillaba al recibir la patada, el sonido sordo que hizo su brazo al romperse contra el asfalto, como sus costillas se quebraban al recibir mi patada, pero eso es algo que supongo que nunca podré confirmar. El compañero del vapuleado agente, el cual ha visto lo anterior, se ha quedado helado. Al no reaccionar no se aparta de la trayectoria de su compañero y choca con él estrepitosamente.
Al levantarme del suelo me doy cuenta que tengo al lado clavadas en el suelo las dos katanas, agarro una, y, otra vez, noto la energía fluir hacia los músculos, del brazo en este caso, y con facilidad levanto la katana dejando un surco en el asfalto y, sin saber porque, señalo al agente con ella, el cual me mira con los ojos desorbitados mientras aparta de encima de él, y con un empujón, a su compañero y gritando sale corriendo.
De repente vuelvo en mi y veo lo que he hecho, recuerdo lo ocurrido las otras veces en mi cuerpo, tanto al golpear a los agentes como al saltar, para hacer esos movimientos tan inusuales, y me concentro en mis piernas, me agacho, y salto de un edificio a otro hasta perder de vista a la gente arremolinada alrededor del cuerpo del agente.
Cuando llego a la azotea de un edificio siento a la corriente eléctrica abandonar mi cabeza y, de repente, me encuentro tan débil que me acurruco en una esquina a descansar y comienzo a repasar lo ocurrido mientras veo como el sol nace en el horizonte.
Estaba repasando todo cuando oigo una voz fuerte, enérgica, pero con cierto tono cálido encerrado en sus palabras dirigiéndose a mí desde algún lugar enfrente de mí.

-He visto lo ocurrido, tú y yo nos llevaremos bien.

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